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Spectrobes: A las Puertas de la Galaxia

Pokémon marca ACME.

Podríamos decir que Spectrobes es una de esas sagas que intenta aprovechar la ola que levanta el fenómeno Pokémon y quedarnos con una nota baja tan a gusto. Pero no. Más bien vamos a suponer, que cualquier lector de esta santa casa cuenta con una capacidad analítica inversamente proporcional a su atractivo para con el sexo opuesto, y suficiente como para verlo por sí mismo. Aunque admitámoslo, en este caso no es difícil. Eso sí, ya veremos en la reseña de Skate 2 cómo andáis de perspicacia... –pista:Tony Hawk– Pero bueno, a lo que vamos, hablemos de este segundo título de la saga Spectrobes para Nintendo DS. Cuanto antes, mejor.

Leo en la Guía No Escrita Para Hacer Reseñas que para introducir un juego que no te gusta, a menudo es buena idea comentar por encima la trayectoria de sus creadores y/o responsables, pero qué queréis que os diga, a mí hablar de Disney me aburre desde que dejaron las películas de animación con dibujos a mano. En cambio sí que me voy a permitir dar unas pinceladas sobre su desarrolladora, Jupiter, un estudio japonés ofuscado entre las third parties de Nintendo. Baste decir que son los padres de títulos como Kingdom Hearts: Chain of Memories para Game Boy Advance, Pokémon Pinball, Picross DS o, cómo no, el primer Spectrobes. ¡Ah! Y también echaron una mano a Square Enix en The World Ends With You. Que cada uno juzgue como quiera.

Spectrobes: A las Puertas de la Galaxia, subtitulado en su versión inglesa como "más allá de los portales", mantiene el tono de ciencia ficción para todos los públicos de su anterior entrega, narrando los acontecimientos vividos por Rallen y Jeena después de derrotar a los Krawl. De nuevo la paz del sistema solar de Nanario se ve amenazada por dichos entes cósmicos, ahora liderados por el misterioso Krux y el mismísimo jefazo Krawl. Dicha historia, discurre por unos derroteros de dudoso interés para un público adulto –más apto para los niños– que, como no podía ser de otra forma, reman en sentido contrario a esa odisea galáctica que se intuye a priori. Los personajes que siguen siendo los típicos clichés "default" sin profundidad, actúan en una acartonada obra de misterio, fantasía, diálogos cuestionables y enemigos peligrosos, con un encabezamiento soporífero a modo de tutorial, y un acusado problema vocacional de arqueología. Si hay algo de lo que estamos seguros es de que el juego aburre a propios y a extraños con el tema de las excavaciones.

Para los que no jugasteis a la primera parte aclararemos que el juego se basa en la lucha con Spectrobes, unos bichejos parecidos a los Pokémon pero con un diseño más agresivo a la vista. La mitología de la saga explica que... ummmm... están enterrados en el subsuelo desde hace muchísimo tiempo y cuyo poder es necesario para combatir al invasor. Pero para poder “hacerte con todos” (TM) es necesario devolverlos a la vida. ¿Que cómo? Fácil, desenterrando el fósil e incubándolo en la trastienda de tu nave estelar. El problema radica en lo tedioso de dicho proceso, resumido a continuación.

El apartado técnico de Spectrobes es capaz de mostrarnos unos notables entornos en 3D.

Llegas a una zona nueva y escaneas el área poco a poco, mediante una especie de radar que se expande desde el Spectrobe que sigue a Rallen. Tras varios intentos con su respectivo tiempo entre onda y onda, encuentras una veta cuyo tipo dependerá del color –pueden ser fósiles, minerales, objetos u aleatorio– y la seleccionas. Empieza lo bueno. El interfaz de las dos pantallas cambia radicalmente para mostrar un subsuelo dividido en niveles de profundidad los cuales hay que perforar ayudándonos de diferentes herramientas, con la precaución de que el fósil no sufra daños o se romperá. Esto nos lleva a un juego de pulso más que de habilidad que exige mucha paciencia con el stylus, además de dedicación. Taladra, sopla, moja, escanea; todas son tareas reiterativas que dependen en cierta medida de la geología del sustrato –hielo, arena, piedra...–, y repetimos que aburren sobremanera. Eso sí, ejecutar la labor con maestría supone una recompensa, así que si os va el cincel y la brocha, y habéis visto Jurassic Park más de dos veces adelante, este juego es para vosotros.