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¿Por qué importa en la industria del videojuego la marcha de Steve Jobs?

El pasado martes un seísmo de 5,9 grados en la escala de Richter sacudía la costa este de Estados Unidos, pero un par de días más tarde un inesperado terremoto todavía mayor asolaría la industria informática. Su epicentro se situaba en el número 1 de Infinite Loop, en la pequeña ciudad californiana de Cupertino. O, en otras palabras, en el cuartel general de Apple.

Me refiero, claro, a la renuncia de Steve Jobs como CEO de la compañía. Aunque seguirá manteniendo un puesto en el consejo directivo, Jobs se aparta del liderazgo de la empresa y de la luz pública para dejar paso a su sucesor y protegido, Tim Cook. Es un hecho de tremenda importancia que sacude violentamente al sector: corren ríos de tinta, redes sociales como Twitter se convierten en un hervidero de actividad, las acciones de Apple bajan un 5%, los rumores sobre su salud se disparan (lleva luchando contra un cáncer de páncreas desde 2004) e incluso la cotización en bolsa de la Walt Disney Company (de la cual Jobs es el máximo accionista individual tras la fusión con Pixar) se ve afectada con una caída del 1,5%. Y todo por una simple carta de renuncia.

Apple y Steve Jobs. No se entiende lo uno sin lo otro.

En cualquier otra compañía el abandono de su CEO no sería un hecho tan relevante, pero el caso de Apple es especial. No se entiende a Apple sin Jobs, y no se entiende a Jobs sin Apple; es prácticamente imposible encontrar otra compañía en el mundo cuya imagen (y destino) vaya tan ligada a la de su CEO. Steve Jobs no sólo es, quizás, el hombre de negocios más carismático del mundo (basta con ver, por ejemplo, la presentación del iPhone o el anuncio de la muerte de MacOS 9 para comprobarlo), sino un visionario que ha revolucionado el mundo de la tecnología en varias ocasiones. Es el modelo a seguir por todo joven emprendedor, y su trayectoria (desde los orígenes junto a Steve Wozniak en el garaje de la casa de sus padres en 1976 hasta el regreso a Apple como mesías salvador en 1997, pasando por la fundación de Pixar en 1986 o de NeXT en 1985) se recordará y estudiará en las próximas décadas.

La historia de Apple bajo el incuestionable liderazgo de Jobs es inversa a la de John McClane en La Jungla de Cristal: se basa en estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. La interfaz gráfica y la metáfora de escritorio se inventaron en el Palo Alto Research Center de Xerox, pero fueron el Lisa primero y el Macintosh después quienes las introdujeron en un mercado doméstico todavía en ciernes. Mucho antes de que llegaran Ubuntu y otras distros Linux similares, OSX ya demostró que era posible hacer un sistema operativo UNIX tan potente como amigable para el usuario con pocos conocimientos técnicos. Apple no concibió el formato MP3, pero el primer gran reproductor y el que sentó las bases posteriores de la revolución musical fue el iPod. Tampoco inventaron el smartphone o la interfaz multitáctil, aunque no se puede negar que la enorme explosión de ese segmento llegó con el iPhone. Y no han inventado la tablet, pero el iPad es el modelo (imbatido) a seguir por el resto de empresas. Apple no inventa la rueda, es cierto, pero la reinventa. Y por eso el resto de compañías van por detrás suyo.

"Ser el hombre más rico del cementario no me importa. Irme a la cama todas las noches con la sensación de que he hecho algo maravilloso, sí."
- Steve Jobs

Es una compañía que, por más que a muchos les cueste (o disguste) admitirlo, marca la tendencia a seguir. Puedes ser un seguidor de la filosofía del código abierto, puedes quejarte de sus precios o puede que odies determinadas posturas de la empresa; al fin y al cabo ahora parece que está tan de moda odiar a Apple como comprar sus productos. Pero no hay nadie con dos dedos de frente tan ciego como para negar que el rumbo de Apple es algo que se sigue con extrema atención por muchas más industrias aparte de la informática. Por eso durante unas horas los informativos dejaron en un segundo plano la situación en Libia, el huracán Irene o los emparejamientos de la Champions y el enésimo premio otorgado a Messi para hablar de la inesperada renuncia de Steve Jobs como CEO de Apple.

Hace cinco años, a la industria del videojuego le hubiese importado más bien poco su futuro, pero en menos de un lustro las reglas del juego han cambiado radicalmente. Aunque muchos todavía se nieguen a aceptar la realidad, dudando de la importancia global de los dispositivos iOS, lo cierto es que la App Store se ha convertido en uno de los grandes jugadores del sector. Estudios como Rovio, PopCap, Gameloft, Firemint y muchos otros dependen directamente de ella. Grandes compañías, como EA, Ubisoft o SEGA tienen en la App Store un importante negocio adicional con el que obtienen pingües beneficios. Eso sin contar que Angry Birds, con más de doscientos millones de descargas, probablemente hace tiempo que se convirtió en el videojuego más vendido de la historia. ¿Casual, sencillo y hasta cierto punto estúpido? Sin duda. Pero el más vendido con creces, al fin y al cabo.

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Acerca del autor
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Josep Maria Sempere

Director

Jose es fundador de Eurogamer España y el director de su línea editorial y de contenidos. Ama el punk-rock, el cine palomitero de Hollywood, los simuladores de submarinos, la sci-fi, los cacharros de Apple y la década de los 80. Puedes leerlo también en Twitter o verlo charlar en su canal de Twitch.

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