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Naughty Bear

¿Osos Amorosos?

Hace ya muchos años, una cadena de televisión de este país dedicó un ciclo a las películas de Charles Bronson. En el anuncio, el locutor decía: "Charles Bronson es un hombre que odia la violencia, pero el mundo le obliga a utilizarla". Qué tema tan clásico, el del buen hombre forzado a convertirse en una máquina de matar para sobrevivir a las duras imposiciones del mundo. Desde John McLane en La Jungla de Cristal hasta D-Fense en Un Día de furia, parece que la cruz insoportable de la opresión armada se cierne sobre los mansos.

Bien, pues eso es exactamente lo que le sucede al protagonista de Naughty Bear. Él es un oso de peluche que vive en una isla de osos de peluche. El problema es que no encaja. Intenta hacer amigos y llevarse bien con los demás, pero el resto de osos de peluche le desprecian porque su tela no es de vivos y animados colores. Así que, harto de soportar el rechazo de sus congéneres, decide llevar vida de huraño eremita y apartarse de las actividades de la comunidad.

Las cosas parecen funcionar, al principio. Pero pronto llegan las elecciones municipales, y el candidato a alcalde hace campaña diciendo que Naughty da mala imagen y ensombrece el alegre carácter de la isla: de salir elegido, promete, Naughty será… "eliminado". Así que a nuestro oso no le queda otra que agarrar el cesto de las chufas y liarla parda. Con que pensaban que Naughty era desagradable, ¿eh? Pues se van a enterar ahora.

Y el juego va exactamente de eso: de liarla parda. Es un juego de portarse mal, de destripar ositos de peluche, de acecharles en las sombras para aterrorizarles, de sabotear sus vidas cotidianas para que terminen perdiendo el juicio. No se trata sólo de descuartizar (los ositos son oportunamente remendados, no os preocupéis), sino de pensar como un auténtico indeseable: podríamos atizarle a ese osito verde esmeralda en la cabeza con un bate, sí; pero también podríamos arrancarle una pata y dejar que vuelva al pueblo arrastrándose y gritando como un poseso. Eso aterrorizará a los demás. Podríamos electrocutar a ese otro osito naranja, sí; pero también podemos sabotear su retrete y que cada vez que vaya al baño su casa se llene de porquería y termine desquiciado. Se trata de ser malo, pero también de ser creativo.

Podremos estudiar los hábitos de cada oso, ver cómo se reúnen para hacer fiestas y manipular sus barbacoas para que exploten y les prendan fuego. Podremos asaltarles en la noche y aterrorizarlos a base de gritos mientras duermen. Podremos atraer a policías y pichar las ruedas de sus coches para que queden atrapados en la pesadilla en que convertiremos la aldea. En serio: si es cuestión de andar molestando y haciéndole la vida imposible a los demás, podremos hacer casi cualquier cosa que se nos pase por la cabeza, y otro montón de ellas que no se nos habrían ocurrido en la vida.

Hacer todas estas cosas indeseables está recompensado con jugosos puntos, que se suman a un indicador conectado a PSN o a Xbox Live, en una carrera por ser el desalmado más insidioso del mundo, o al menos el más detestable de entre nuestros amigos. A base de acumular puntos, no sólo ganaremos a los demás osos, menos capaces para el mal que nosotros, sino que desbloquearemos armas, capacidades o trajes para Naughty. Estos trajes no son sólo decorativos: si nos vestimos de policía y empezamos a golpear a un oso, los demás gendarmes se unirán a nuestra fiesta de brutalidad uniformada. Otros trajes nos darán sigilo, invisibilidad o poderes de aterrorizamiento fuera de toda escala.

Lo que pudimos ver del juego, lo nuevo de A2M (creadores de Wet), no fue mucho, la verdad. Pero sí que vimos todo esto que os hemos contado en acción, y eso que el juego está todavía en fase alpha. En el diseño, combina una estética cercana a la de LittleBigPlanet con un humor muy en la línea de Happy Tree Friends. En su estructura, parece un sandbox gamberro y colorista. Desde luego, se presenta como un título prometedor y distinto, aunque queda un largo trecho para verlo en un estado suficiente como para poder juzgarlo adecuadamente. Esperemos que todo salga bien y pronto podamos divertirnos poniendo a esos relamidos y pomposos peluches donde se merecen: bajo la suela de nuestras botas.

Naughty Bear saldrá para PlayStation 3 y Xbox 360 pero todavía no tiene fecha de lanzamiento.

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