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Avance de Inazuma Eleven 3: ¡La amenaza del Ogro!

Regreso al futuro, versión RPG futbolero.

No me cuesta entender la fascinación de Pablo Algaba por Inazuma Eleven, ese uniquísimo juego de rol japonés que nos pone al mando de un equipo de fútbol juvenil en su camino hacia el estrellato, un camino que les lleva a menudo hacia otras tareas menos mundanas, como salvar el mundo. Es el Pokémon del fútbol; sus últimas entregas para 3DS, Fuego Explosivo y Rayo Celestial, son los Rojo/Azul, Oro/Plata o X/Y de Inazuma Eleven; como con Pokémon, le toca ahora el turno a la versión Amarilla, Cristal, o lo que sea que vaya a venir después de X y Z: yo pongo mis euros en Z, claro.

Inazuma Eleven 3: ¡La amenaza del Ogro! cambia poco respecto a lo que ya conocemos de Fuego Explosivo y Rayo Celestial. Aunque durante unos instantes, al principio, jugamos en un futuro bastante lejano y controlamos al bisnieto de Mark Evans, Canon (en él se centra la historia), los primeros compases de La amenaza del Ogro son iguales que los de las anteriores versiones: la reunión, los recuerdos de anteriores hazañas, los enemigos que ahora están de nuestro lado y, junto con un repaso a las bases del juego, un curso acelerado de universo Inazuma para que nadie se pierda, para que nadie sienta que llega tarde a una película que todavía tiene bastante que contar. Es un juego sencillo y dirigido a gente joven, pero su historia no está falta de giros, referencias y todas esas cosas que los más fans disfrutarán con menores esfuerzos; por fortuna, Level-5 se esfuerza en todo momento para que no tengamos que estudiar historia para saber las motivaciones y dirección de los personajes de la película. En esta ocasión los tiros vienen del futuro, cuando las fuerzas del orden deciden que es momento de volver al pasado, enfrentarse al Inazuma Japón y evitar así la plaga futbolística que tiene demasiado ocupada a la población juvenil.

Lo bueno sigue estando en el juego, en lo que hace que Inazuma Eleven sea, ante todo, un ARPG de fútbol. Ahí sigue estando la progresión tradicional en el género (exploración de pueblos, superación de ciertos objetivos, combates aleatorios, inventario, equipación, subida de niveles; a nadie le resultará raro a estas alturas), y también sigue ahí ese fenomenal buen pulso con el que Level-5 construye un universo en el que, como en Pokémon, todo parece girar alrededor del fútbol: la gente con la que hablamos sólo está interesada en el fútbol, los niños quieren ser futbolistas, los ancianos se chulean de saber mucho de fútbol y la única manera de interactuar que parecen conocer los personajes es a través del fútbol; salta a la vista, por la cantidad de equipos que nos retan a pachangas de la que caminamos por las calles de las ciudades.

"Inazuma Eleven 3: ¡La amenaza del Ogro! cambia poco respecto a lo que ya conocemos de Fuego Explosivo y Rayo Celestial."

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Estas pachangas son el calentamiento de los partidos grandes, la forma de acumular experiencia para llegar en buena forma a los encuentros decisivos, y jugado uno, jugados todos, en el mejor sentido de la expresión: si jugasteis a alguna de las ediciones anteriores, ya sabéis perfectamente qué podéis encontrar aquí. Los que no, atentos: una mezcla de esos combates de juego de rol en los que es tan importante la buena planificación como la superioridad estadística y un partido de fútbol táctil, de acción, que nos exige mover a nuestros jugadores por el terreno y hacer los pases y los chutes con precisión, además de saber qué números manejan los personajes. Es una mezcla que funciona mejor en los partidos grandes que en los pequeños, que a veces tiemblan por el tedio de la repetición, pero que también aleja a los encuentros aleatorios de ese otro tedio de pulsar A sin parar para atacar cuando nos enfrentamos con enemigos claramente inferiores, como ocurre en tantos JRPG.

A mí no me gusta especialmente, ya aviso, pero entiendo que guste. Lo entiendo porque es una serie creada desde la base para los fans (ya sabéis por el análisis de Pablo a qué me refiero: anime, película, manga, merchandising: la intención era acumular seguidores, y lo han conseguido) y que no se ha olvidado de que cuando tienes la confianza de la gente es importante mantener el mimo, no dar pasos en falso; Level-5 no son nuevos en eso, y su fanservice es uno que no entiende de pilotos automáticos y que se beneficia mucho de un trabajo duro y artesano que hace que sus juegos, a medida que pierden la emoción de la novedad, ganen puntos de fidelidad: los Layton, por ejemplo, son juegos excelentes que no han hecho sino repetir fórmula sin parar manteniendo el nivel muy arriba, no decepcionando en ningún momento a los fans que esperan precisamente eso. Con Inazuma pasa un poco lo mismo, aunque no es mal momento para subirse al tren, la verdad: los fans tendréis lo que queréis, y los que recién llegados podéis meter la cabeza sin miedo cuando salga el juego, el próximo 14 de febrero.

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Víctor Manuel Martínez

Contributor

Hardcore lover y periodista especializado en videojuegos que además de colaborar con Eurogamer es redactor jefe en AnaitGames. Puedes seguirlo en Twitter: @chiconuclear
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