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Gears of War 2

Hipertrofia jugable.

En el bando Locust, como era de esperar, hay nuevas incorporaciones. Ahí están los Bloodmounts, unas criaturas sobre las que cabalgarán algunos enemigos, o una especie de cucarachas gigantes con explosivos a sus espaldas. En todo caso, el enemigo que destaca especialmente sobre todos los demás es Skorge, el cabecilla de los sacerdotes Locust, y que luce un notable parecido a la mítica criatura de la película Depredador. Y también tienen cierta importancia las Barcazas, una especie de estructuras orgánicas similares a un zeppelín que nos ayudarán a entender ciertos aspectos de los Locust.

Aparte de las nuevas adiciones al bestiario Locust, también se aprecia una mayor participación de otras criaturas, como el espectacular Brumak (que vimos especialmente en los contenidos extra de la versión PC de Gears of War) o los Reavers, que adquieren una mayor presencia y sobre los que incluso nos montaremos en algún momento del juego.

Como todos los jugadores del primer Gears of War sabrán, el modo campaña tan sólo es una pequeña parte de lo que ofrece el juego. El multijugador de Gears of War es uno de que más éxito ha cosechado en Xbox Live, y su segunda parte no hace sino mejorar todo lo que ya estaba presente antes, empezando por el hecho de que se aumenta el número de jugadores simultáneos a diez o porque los escenarios son ahora más grandes y complejos. Respecto a opciones, repiten de la primera entrega los modos Cooperativo, Zona de Guerra, Ejecución, Anexión y Rey de la Colina, y se añaden los modos Sumisión, Piloto, Guardián y Horda.

El Brumak por fin tiene todo el protagonismo que merecía.

En el modo Sumisión los diez jugadores se dividen en dos equipos de cinco, y deberemos abatir a un personaje controlado por la consola para después escoltarlo hasta nuestro punto de control, mientras nos defendemos de los ataques del equipo rival. En Guardián el objetivo es eliminar al líder del equipo contrario para que el resto de miembros pierda la posibilidad de hacer reswpawning. Piloto es quizás el modo más puramente arcade, puesto que se forman cinco equipos de dos personas con el objetivo de eliminar al resto de jugadores en combates rápidos y frenéticos.

Pero la verdadera estrella del apartado multijugador es el nuevo modo Horda, en el cual hasta cinco jugadores deben sobrevivir a oleadas de Locust. En cada oleada (hay hasta 50) el número de enemigos y su dificultad variará, para lo cual escoger un buen punto de defensa y comunicarse con los otros cuatro jugadores resulta indispensable. A medida que las cosas se compliquen y que la munición cada vez sea más escasa se acrecenta una sensación de angustia que sin duda hará de este modo uno de los preferidos por los jugadores de GOW2.

El modo horda en acción.

Gears of War 2 demuestra la madurez que ha adquirido Epic como estudio: el juego ya no es sólo una excusa para explotar las bondades del Unreal Engine 3, sino que sirve de plataforma para que sus creadores demuestren cómo han avanzado en términos de narrativa y diseño de niveles. Por supuesto, sigue siendo una de las experiencias visuales más espectaculares de esta generación, con gráficos, texturas, explosiones y físicas impecables, pero su imponente jugabilidad (especialmente en los modos multijugador) sigue siendo su punto más fuerte. Si coges un juego que ya era casi perfecto y le añades una historia mucho mejor y una mayor variedad de situaciones, el resultado es un título indispensable. Y Gears of War 2 es justamente eso.

9 / 10

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