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Comparativa: Brink

Xbox 360 vs. PlayStation 3.

En términos de velocidad en el streaming de texturas, las dos versiones del juego pueden superar a la otra en un momento dado, pero en general la de PS3 es la que presenta menos problemas. Quizás el problema sea el viejo lector de nuestra 360, porque sin duda instalar el juego en el disco duro ayuda a paliar la situación. Es uno de los pocos juegos donde la instalación en el disco duro mejora el rendimiento ingame (más allá de en los tiempos de carga), siendo otro uno en el que la cara de texturas también era problemática: el Mass Effect original.

Pero las ventajas de la versión para PlayStation 3 de Brink van más allá de la resolución y la calidad de imagen: es, sin duda, un juego más suave en la plataforma de Sony, como claramente demuestra el análisis de rendimiento ya estés comparando cinemáticas idénticas o secciones de gameplay.

Ambos juegos intentan mantener 30 frames por segundo, pero la versión de PlayStation 3 es más consistente, porque la de 360 tiende a sufrir caídas de framerate más a menudo cuando se fuerza al motor gráfico. Desgraciadamente esto se produce cuando hay más personajes en pantalla, y ahí es donde necesitas que rinda mejor: no es solo que una versión sufra más que la otra, es que la propia experiencia jugable se ve afectada.

También notarás que la versión para PlayStation 3 de Brink opera con sincronización vertical activada, lo cual implica una ausencia total de tearing. La de Xbox 360 no se permite este lujo, aunque el tearing parece concentrarse en la parte superior de la pantalla. Como consecuencia, queda la sensación de que la versión para Xbox 360 no es tan consistente como en PS3, pero por suerte el tearing no supone un defecto tan molesto como, por ejemplo, en Homefront o en Battlefield: Bad Company 2.

Con la combinación de un frame-rate más estable y ausencia de tearing tenemos una clara ganadora: PlayStation 3.

En el resto de aspectos las dos versiones son casi idénticas, lo cual implica que algunos de los aspectos más controvertidos del juego afectan a ambas plataformas. Por ejemplo, la campaña individual de Brink no es más que una serie de cinemáticas unidas al mismo multijugador en el que una IA controla al resto de personajes - una experiencia de equipo en la que no te puedes coordinar con los compañeros y que, la verdad, no funciona demasiado bien, provocando frustración en el jugador.

Cuando no estás esperando a que te apoye para cumplir un objetivo, estás esperando a que te reviva. En vez de escabullirse de un tiroteo inútil, la IA se distrae con una facilidad pasmosa, e incluso cuando quedan unos pocos segundos mantienen sus limitados comportamientos pre-marcados y se dedican a cumplir objetivos los específicos de su clase, lo cual es irritante porque realmente necesitas su ayuda para cumplir el objetivo principal.

Al final, en el modo individual de Brink acabas cambiando de clases para cumplir las tareas importantes tú mismo, esperando que al menos la IA te despeje el camino hacia el siguiente objetivo, o reviviéndote si no lo hace. Es difícil no quedarse con la impresión de que la IA es más eficiente defendiendo objetivos que atacándolos.

Además, para ser un juego que compite contra algunos de los juegos tecnológicamente más avanzados del mercado, hay una sensación importante de que Brink parece anticuado. Olvida por un momento la calidad visual y los problemas de texturas; en movimiento Brink parece más un producto del pasado con sus animaciones robóticas y pobres físicas que no un shooter moderno. La interacción del sistema SMART con los niveles funciona bien, pero la falta de daños en los escenarios (más allá de los objetivos) y el relativamente bajo número de objetos dinámicos hace que el mundo en el que juegas parezca estéril y estático.

Brink, al menos, encontrará su público porque la jugabilidad básica es la misma de la que no nos cansábamos en 2003: la fórmula de Enemy Territory todavía conserva mucho potencial. Un juego multijugador puede llegar a ser algo muy especial, pero es igualmente importante dejar claro que a nivel individual Brink no cumple con los mínimos.

Teniendo en cuenta las características y defectos de ambas versiones, es evidente que PSN no podía haber vuelto en mejor momento. Si vas a comprar Brink en una consola, tu elección debe ser PS3: el juego es más claro, suave, limpio y agradable a la vista.

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In this article

Brink

PS3, Xbox 360, PC

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Richard Leadbetter

Editor de Digital Foundry

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