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Examinamos a fondo los tiempos de carga en la retrocompatibilidad de Xbox Series X

¿Vale la pena usar el almacenamiento interno o es mejor optar por una solución externa?

La retrocompatibilidad en Xbox Series X está resultando ser fantástica basándonos en las pruebas que hemos hecho hasta ahora. Sí, todos los títulos que hemos probado parecen alcanzar su objetivo de rendimiento cuando hay limitadores de 30FPS o 60FPS, los juegos que usan escalado dinámico de resolución pueden mostrar mejoras muy evidentes y, para acabarlo de rematar, vemos hasta el doble de rendimiento en la GPU con los juegos que funcionan con frame-rate desbloqueado. Además, hay mejoras a nivel de calidad de imagen, y el filtrado de texturas, por ejemplo, aumenta gracias a un filtrado 16x anisotrópico. Los tiempos de carga también mejoran significativamente, y eso es lo que vamos a explorar en este artículo.

En el sueño de la nueva generación hay una desventaja, porque el espacio de almacenamiento en el disco de estado sólido interno es una comodidad premium. Xbox Series X tiene 802GB utilizables en su disco de 1TB. Por un lado esto es un mejora respecto a los 781GB del HDD de 1TB de Xbox One X (¿mi teoría? Microsoft utiliza los motores de descompresión por hardware para reducir el tamaño que ocupa el sistema operativo). Pero por el otro, con una tarjeta de expansión de 1TB que cuesta 250€, el precio del almacenamiento en la nueva generación es caro.

Pero quizás haya un sitio mejor para guardar tu biblioteca de juegos de Xbox, Xbox 360 y Xbox One. Xbox Series X sigue permitiendo conectar discos USB estándar a la consola, y no hay ninguna razón por la cual no puedas comprar un SSD SATA o incluso un equivalente NVMe más rápido y copiar ahí tu biblioteca retrocompatible. En teoría no debería haber una penalización de rendimiento por ello: los juegos antiguos de Xbox no pueden acceder a las APIs de bajo nivel del SSD con las cuales se mejora de forma revolucionaria el rendimiento, con lo cual guardar los juegos viejos en el disco SSD interno es un uso poco óptimo de ese almacenamiento.

Teniendo todo esto en mente hemos intentado probar todas las alternativas de almacenamiento más comunes. He probado un disco Seagata Passport de 5TB para comprobar el rendimiento de una opción HDD, y también un SSD SATA Samsung 870 QVO montando en un adaptador SATA a USB de la marca Sabrent para estudiar la que, a priori, debería ser la opción con mejor equilibrio entre precio y rendimiento. Para completar las pruebas también usé una unidad NVMe Samsung PM961 conectada a la Series X con el excelente Asus ROG Strix Arion, un adaptador NVMe a USB compatible tanto con USB tipo A como tipo C. Aunque el PM961 no es la unidad más rápida del mercado, debería ser suficiente para saturar la interfaz USB de la Xbox Series X.

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Lo primero que tenemos que hacer para establecer un orden en términos de rendimiento es hacer algunas pruebas estándar de lectura y escritura con cada disco, y tenemos al candidato perfecto: la instalación de Call of Duty: Modern Warfare 2019 ocupa actualmente 172.2GB, con lo cual es perfecto para medir la migración del almacenamiento al externo. Durante el proceso de transferencia me di cuenta de que no había un ratio de lectura o escritura uniforme, pero como podéis ver en la tabla los resultados son intrigantes.

Como era de esperar, el disco duro mecánico ofrece unos resultados pobres, pero la diferencia entre el SSD SATA y la unidad NVMe es interesante. En términos de velocidad pura de escritura la unidad NVMe es más rápida, lógicamente, pero lo curioso es que en lo que respecta a las velocidades de lectura (al copiar Modern Warfare desde el almacenamiento externo al interno) la diferencia se reduce significativamente.

La unidad NVMe sigue siendo más rápida, pero no mucho más teniendo en cuenta que estamos transfiriendo 172.2GB de datos, con lo cual, en contexto, la diferencia es pequeña. El rendimiento dentro del juego dependerá mucho más de las velocidades de lectura, lo cual sugiere que el SSD SATA ofrecerá excelentes tiempos de carga sin necesidad de gastar mucho más en la alternativa NVMe.

Samsung 870 QVO SATA Samsung PM961 NVMe Seagate 5TB Passport HDD
Copia al almacenamiento 17mins 33segs 11mins 6segs 34mins 31segs
Copia desde el almacenamiento 8mins 37segs 8mins 26segs 21mins 24segs

Empecé las pruebas revisitando Final Fantasy XV, un juego que en el que Series X, en nuestras primeras impresiones, destrozó a Xbox One X. Los resultados son extraordinarios. Para empezar, descubrí que los tiempos de carga pueden variar de una partida a otra incluso en el mismo disco, pero aunque el resultado final demuestra que el disco interno de Xbox Series X es casi siempre la solución de estado sólido más rápida, la ventaja real en el tiempo de carga respecto a otros SSDs es casi inapreciable. Los resultados que obtuve variaban entre no mostrar diferencia alguna o rondando los dos segundos.

Sin embargo, lo que está igualmente claro es que en todos los casos usar una unidad de estado solido de cualquier tipo ofrece una enorme ventaja respecto a un disco duro mecánico como el Seagate Passport de 5TB que utilicé en mis pruebas. La diferencia entre un SSD y un HDD puede variar de forma drástica en función del contenido, pero huelga decir que sé dónde voy a jugar yo mis títulos retrocompatibles.

Pero hay otro factor importante a tener en cuenta. Resulta que la velocidad del almacenamiento es solo una parte de la mejora de velocidad en los tiempos de carga que consigues en la retrocompatibilidad, porque la CPU juega un papel igual de importante. Para ponerlo en perspectiva, mirad los resultados en Hexatheon's Blessings. Usé la misma unidad NVMe en Xbox One X y cargué los mismos datos. Lo que en Series X tardaba 17.3 segundos aumentaba hasta 1 minuto y 12.8 segundos en One X. Tal y como ya comentamos, la mejora en la CPU del nuevo hardware es tan grande que no se puede cuantificar en términos de frame-rates. Dejando de lado la disparidad del puerto USB, las evidencias apuntan a que la nueva consola puede ofrecer hasta cuatro veces más rendimiento a nivel de CPU.

Final Fantasy XV Series X SSD interno Samsung 870 QVO SATA Samsung PM961 NVMe Seagate 5TB Passport HDD
The Hexatheon's Blessings 15.7segs 16.9segs 17.3segs 52.5segs
Onward to the Disc 17.6segs 19.8segs 18.8segs 24.2segs
A Gentlemen's Agreement 14.4segs 14.4segs 14.8segs 21.3segs

Rise of the Tomb Raider es el siguiente sujeto de pruebas y la primera es la carga desde cero, una que probablemente tendrá menos relevancia en la nueva generación. La primera vez que lo hice en Xbox Series X se activó la función Quick Resume, llevándome exactamente al punto en el que estaba. Esto es genial para los jugadores, pero no para nuestras pruebas. Sin embargo, puedes purgar el estado de Quick Resume saliendo de la aplicación desde el menú de la consola, y los resultados muestran que el juego se carga en el mismo tiempo que con las otras soluciones de estado sólido. Literalmente no hay necesidad de usar el preciado espacio interno con este título.

Lo interesante es que los tiempos de carga son bastante decentes en todos los discos, e incluso el mecánico ofrece resultados aceptables. Lo que también me pareció fascinante es que al usar el Samsung PM961 con la carcasa de Asus en una Xbox One X los tiempos eran muy similares. Por ejemplo, el nivel de la Expedición Perdida solo tardó tres segundos más en cargarse. Parece, sin embargo, que la CPU se ve más involucrada en la carga inicial: los 10.6 segundos de Series X aumentaban hasta 17.5 segundos en One X.

Rise of the Tomb Raider Series X SSD interno Samsung 870 QVO SATA Samsung PM961 NVMe Seagate 5TB Passport HDD
Carga Inicial 10.5segs 10.5segs 10.6segs 22.6segs
Expedición Perdida 24.2segs 24.7segs 24.7segs 39.5segs
Valle Geotérmico 39.1segs 39.4segs 40.7segs 1min 2.5segs

El siguiente es Borderlands 3, pero no tiene mucho que añadir. Una vez más las unidades de estado sólido ofrecen un rendimiento prácticamente idéntico, tanto en lo que respecta a las cargas iniciales como a las de los niveles. Probé otros juegos como Fallout 4 o Just Cause 3, pero la historia era siempre la misma; parece que almacenar los títulos retrocompatibles en el disco interno no ofrece ventajas palpables, y a veces incluso ni siquiera hay una mejora. La unidad NVMe vía USB tiene una ventaja a nivel de velocidad de escritura, pero esto solo se manifiesta de forma apreciable cuando copias muchos datos del disco interno al externo, con lo cual un SSD SATA ya es más que suficiente.

Cuando un nivel de Borderlands ya ha cargado hay un notable grado de streaming de texturas, con los materiales de mayor calidad saltando a la vista. Las diferentes texturas aparecen del todo en distintos momentos, pero no parece haber un orden concreto entre las diferentes unidades de estado sólido. Todas ellas, en cualquier caso, superan notablemente el resultado obtenido con el disco duro mecánico.

Un último apunte: puede que hayas observado que, pese a cargar desde el SSD, sigue habiendo un tiempo de espera relativamente largo entre la carga del juego y la posibilidad de escoger algo en el menú de opciones, un detalle que enfatiza lo conveniente que será Quick Resume. Pero si cincuenta y cinco segundos te parece mucho tiempo, resulta que es como el día y la noche en Xbox One X con la misma unidad NVMe, donde el mismo proceso se completa en un minuto y veintiún segundos.

Borderlands 3 Series X SSD interno Samsung 870 QVO SATA Samsung PM961 NVMe Seagate 5TB Passport HDD
Carga inicial 54.4segs 54.5segs 55.3segs 1min 14.8segs
Carga de nivel 16.4segs 16.4segs 16.5segs 19.5segs

Antes de pasar a las conclusiones finales quería compartir un detalle adicional. Al principio hice las pruebas con el Samsung 870 QVO SATA usando un adaptador SATA a USB 3.0 genérico comprado en Amazon. Como no estaba totalmente convencido de los resultados, probé todos los adaptadores que tenía en la oficina y descubrí que el adaptador USB 3.1 de Sabrent era el más rápido, variando de un juego a otro. Como puedes ver a continuación, el simple hecho de usar un adaptador u otro puede tener un impacto bastante grande en los tiempos de carga, así que os sugiero tener eso en cuenta a la hora de valorar el uso de una unidad SSD SATA de 2.5 pulgadas como opción con mejor relación rendimiento-precio para vuestros títulos retrocompatibles.

Evidentemente puede resultar tentador optar por una solución que integre tanto la unidad SATA como el adaptador USB todo en uno. Es una buena idea, claro, pero antes leed análisis de estos productos para garantizar que tiene una conexión con USB 3.1/3.2 con ancho de banda completo entre la unidad y la fuente. Los benchmarks en PC ya os valdrían y permiten averiguar el ancho de banda que obtendríais.

Comparativa adaptadores USB Adaptador Sabrent Adaptador genérico Amazon
Carga inicial de ROTTR 10.5segs 12.9segs
Carga inicial de Borderlands 3 55.7segs 1min 12.7segs

En definitiva, los resultados fueron sorprendentemente buenos. El hype que rodea a las unidades de estado sólido de la nueva generación es altísimo, pero al final lo que cuenta es el acceso a bajo nivel que ofrece la Xbox Velocity Architecture para que el SSD alcance todo su potencial. Con la biblioteca de títulos existentes de Xbox vemos resultados parecidos a los de PC - un acelerador fantástico cuando se junta con un gran salto en el rendimiento de descompresión de la CPU - pero también se demuestra que no merece la pena guardar los títulos retrocompatibles en el disco interno o en la tarjeta de expansión, porque con una alternativa USB ya tienes suficiente.

Todo esto hace que me pregunte cuánto rendimiento se puede extraer de la unidad interna gracias a la Xbox Velocity Architecture, y eso es algo que podremos examinar en cuanto el foco de atención pase de los títulos retrocompatibles en Xbox Series X a los títulos que realmente están diseñados para la nueva consola.

Traducción por Josep Maria Sempere.

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