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Análisis de Day of the Tentacle Remastered

Taking over the world.

Eurogamer.es - Imprescindible sello
La mejor aventura gráfica de la historia regresa en una remasterización impecable y tremendamente respetuosa con la obra original.

En los primeros compases de Regreso al Futuro, una de las grandes obras maestras del cine de los ochenta, Marty McFly corre al aparcamiento de un centro comercial, el Twin Pines Mall, para ayudar al doctor Emmett Brown a realizar un misterioso experimento. Tras una exitosa primera prueba, un grupo de terroristas libios hace acto de presencia y en su huida se activa accidentalmente el condensador de fluzo que convierte a un simple -aunque precioso- coche en una máquina del tiempo. Todos sabemos cómo continúa la historia: Marty viaja a 1955 y estrella el Delorean en un granero, para a continuación salir pitando ante la airada reacción del dueño de la finca, llevándose por delante un abeto (pine, en inglés) en el proceso. Esto da pie a uno de los easter eggs más brillantes de la película, y uno de los detalles que se nombran a menudo cuando en muchas escuelas de cine norteamericanas se pone de ejemplo al libreto de Bob Gale como un guión perfecto: al volver a 1985 Marty regresa al aparcamiento, y el rótulo ya no se refiere al "Twin Pines Mall", sino al "Lone Pine Mall". El protagonista, tal y como le advertía el Dr. Brown, ha cambiado el futuro a raíz de sus acciones en el pasado.

Este tipo de coherencia interna es la que separa una buena historia sobre viajes en el tiempo de una mediocre, y es un detalle que sin duda no pasó desapercibido por Dave Grossman y Tim Schafer cuando plantearon el eje central sobre el que giraría la secuela de Maniac Mansion. Pero Day of the Tentacle, publicado en 1993, no es solo una ejemplar narración con paradojas temporales, sino también la obra culmen de todo un género. La maestría de LucasArts estaba fuera de toda duda tras aventuras gráficas como Indiana Jones and the Fate of Atlantis o los dos primeros Monkey Island, pero es con DOTT cuando tocaron techo, con una compleja historia con varios protagonistas, tres planos temporales (o cuatro, según se mire) y un vibrante sentido del humor que no parece tener fin.

El entretenidísimo audiocomentario (y la sección de artworks) que incluye Day of the Tentacle Remastered, la nueva versión para PlayStation 4, Vita, PC y Mac de este clásico moderno, ofrece un privilegiado vistazo al proceso creativo tras una aventura que se conserva hoy tan fresca como en su lanzamiento. DOTT es una de esas extrañas conjunciones astrales en las que todos los elementos se alinean para dar luz a una obra excepcional, donde un guión sin fisuras se ve acompañado por un diseño audiovisual y jugable atemporal. Uno solo puede tener buenas palabras para un juego en el que un pipa le toma el pelo a George Washington, un locuaz tentáculo mutante domina el mundo y una familia extremadamente disfuncional hace gala de su excéntrica locura en hasta tres periodos históricos distintos.

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El proceso de modernización de otras aventuras de LucasArts, como es el caso de los dos primeros Monkey Island, resultó bastante polémico al decantarse por un nuevo estilo visual que no casaba demasiado bien con la obra original de Ron Gilbert. No es el caso, afortunadamente, de Day of the Tentacle Remastered: Double Fine no ha reinterpretado el arte de Larry Ahern y Peter Chan (a su vez inspirado en la animación del mítico Chuck Jones), sino que simplemente le ha aplicado una capa de chapa y pintura para adaptarlo a las pantallas de alta definición. El resultado final es un apartado gráfico totalmente fiel al original, pero que al mismo tiempo luce estupendamente bien en los modernos sistemas actuales.

Lo mismo puede decirse del sonido, con una banda sonora reinterpretada utilizando instrumentos MIDI de mayor calidad y voces -las originales- pasadas por un filtro que limpia aquel molesto siseo que tenían en la versión CD. Incluso el control se ha reajustado con la posibilidad de optar por una interfaz más ágil basada en el menú de acciones circular que se implementó en títulos como Full Throttle o el brillante The Curse of Monkey Island. Todos estos cambios son, en cualquier caso, enteramente voluntarios: tenemos opciones para usar la interfaz SCUMM tradicional con el cajón de verbos o volver a los gráficos y la música originales en todo momento, una característica que no solo tranquilizará a los puristas sino que también permite observar hasta qué punto ha sido respetuosa y apasionada Double Fine a la hora de desarrollar esta edición.

Las obras maestras son imperecederas, y por eso Day of the Tentacle sigue resultando tan brillante hoy como cuando se publicó hace casi un cuarto de siglo. Quien lo recupere tras haberlo jugado hace muchos años se encontrará con una aventura que ha envejecido como el mejor de los Riojas, y quien lo juegue por primera vez... no podría sentir más envidia porque tiene ante si varias horas de carcajadas, slapstick, diálogos descacharrantes y puzles con un diseño exquisito. El trabajo de Double Fine a la hora de remasterizar este clásico es impecable, además, con una puesta al día tremendamente fiel al original y la posibilidad de experimentar la obra tal y como fue concebida inicialmente en 1993. ¿Conclusión? Day of the Tentacle es un pedacito de historia del videojuego que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en su vida, y Remastered una intachable edición que nadie debería perderse. Así de simple.

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