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Blood Bowl

No liga, no party.

Unos meses después de su aparición en PC, la adaptación del famoso juego de mesa Blood Bowl, de Games Workshop, dio el salto a Xbox Live. Como podréis comprobar echando un ojo al análisis de PC, Blood Bowl es un producto fantástico que logra transmitir como pocos la esencia de un juego de mesa, y tratándose de un port no podemos esperar sino lo mismo. Sin embargo, esta versión para consola cumple pero queda lejos de su hermano pecero, y falla en un punto crítico que es el juego online, del cual hablaré más adelante.

Todo está bien explicadito en el análisis de PC al que x os he remitido y sería absurdo volver a comentar el sistema de juego y las características más profundas. Pero para los que desconzocan por completo qué es Blood Bowl, es muy fácil que se hagan una idea uniendo unos pocos conceptos: fútbol americano, Warhammer, brutalidad y sentido del humor (aunque éstos dos últimos son inherentes al segundo). Resultado: un juego de mesa por turnos, jugado con dados, con reglas basadas en el fútbol americano tirando a rugby, y cuyos jugadores (miniaturas) pertenecen a varias de las típicas razas de Warhammer... Y no es raro que tengan algún diente de menos (¡o algún brazo de más!). El objetivo es anotar más touchdowns que el contrario con el extra de que también ganaremos puntos por conseguir pases y por lesionar jugadores contrarios.

Más allá del aspecto estratega de cada partido, nuestro deber es ser el manager del equipo y conseguir que éste triunfe en todos los aspectos. Así, ficharemos los jugadores al crear el equipo, invertiremos el dinero como lo veamos necesario, y controlaremos las lesiones, subidas de nivel y nuevas incorporaciones. Casi todas las tiradas del juego se basan en los atributos de cada jugador, por lo tanto como en todo buen juego Warhammer los números --y habilidades especiales-- son muy importantes. Eso sí, insignificantes cuando al dado le da por tocarnos las narices.

En esta ocasión, al no contar con un ratón y su correspondiente cursor, la interfaz de juego es menos agradable al tener que seleccionarlo todo con la cruceta, además de la necesidad de habituarse a lo que hace cada botón del mando... Y ojo porque aquí no se puede deshacer nada, si nos hacemos un lío podemos perder el turno (y la pelota) de la manera más tonta. De todas formas el control es aceptable y uno se puede acostumbrar, pero se echa en falta agilidad en este sentido.