Gamescom 2010: Assassin's Creed: La Hermandad

Para llegar a la torre podemos hacerlo al clásico modo de San Fernando –ya sabéis, un ratito a pie y otro andando– o buscando una entrada secreta que nos facilitará bastante las cosas. La encontramos debajo de unos arcos. Tras asesinar a unos cuantos guardias, llegó el turno del jefecillo. Éste puede ser o bien valiente, y se pondrá a luchar contra ti, o bien cobarde, y saldrá corriendo como si no hubiese un mañana. Sea como sea, tu espada debe atravesar su corrupto cuerpo. Luego sólo queda acabar de escalar la torre, prenderle fuego y comunicarle a los ciudadanos de que Ezio está ahí para protegerlos.

Esto, de hecho, es muy importante en La Hermandad. En algunas ocasiones presenciaremos conflictos entre soldados y ciudadanos, y si los ayudamos se unirán a nuestro grupo y trabajarán para nosotros. Con sólo apretar un botón aparecerán y nos ayudarán en algún combate o despistando a los enemigos cuando no nos queda más remedio que huir. Eso sí, pueden morir, y si lo hacen no volverán más, así que es mejor entrenarlos y mandarlos a que hagan misiones por Europa –no los controlamos, este apartado es sólo de gestión– y que, una vez sean fuerte y hayan mejorado su equipo, vengan a ayudarnos.

Por último, y aunque no quisieron hablar mucho del tema, nos enseñaron el ala delta. Casi por sorpresa, y al final de la presentación, Ezio saltó de un edificio y sacó una especie de ala delta medieval con la que planeó un buen rato y fue a caer justo a lomos del caballo que habíamos robado al principio. Como la ciudad es tan grande, seguramente será una buena manera de solucionar trayectos demasiado largos.

Assassin's Creed: La Hermandad sale en noviembre y os recomendamos que lo sigáis de cerca. Es cierto que tiene un parecido enorme con Assassin's Creed 2, pero también lo es que a veces unos pocos cambios y ajustes pueden marcar la diferencia entre un producto notable y uno excelente.