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Análisis de Kinect Star Wars

Otra conmoción en la Fuerza.

"Vive el momento, no pienses; siente, utiliza tu instinto, siente La Fuerza"

Frases como esta, una sola de las tantas sentencias míticas del maestro Yoda, bien podrían servir a un responsable de marketing para una campaña de publicitaria de Kinect. El rollo ese de "Tú eres el mando", esos mantras rimbombantes creados en torno a esta tecnología revolucionaria en concepto -y en nada más, de momento-, recuerdan, según se mire, a la filosofía creada alrededor del sensor mágico de Microsoft.

"La Fuerza nos rodea, penetra en nosotros y mantiene unida la Galaxia" que decía el bueno de Obi-Wan es algo tan intangible como lo que nos propone Kinect. De hecho desde el anuncio de este aparato, este Kinect Star Wars ha sido siempre su tesoro más esperado, una nueva esperanza capaz de demostrarnos que por fin íbamos a sentir lo que es ser un Jedi, la redención después de casi dos años de mini-juegos de estar por casa… Lamentablemente -y lo siento si mi carencia de fe resulta molesta- Kinect Star Wars tiene más en común con el espíritu familiar de Kinectimals que con esa ambiciosa misión de cambiar la percepción que el jugador exigente tiene de Kinect.

De nuevo, la falta de precisión del aparato es el principal motivo por el que el título de Terminal Reality -y mira que me cae bien el estudio de mi querido Ghostbusters- no alcance su objetivo de convertirse en algo que tomarse muy en serio. Los duelos con el sable laser, la característica más anunciada del título, no funcionan bien. El juego no logra detectar nuestros movimientos con precisión y jugarlos acaba convirtiendo nuestros aspavientos en una coreografía ridícula. Estos combates a espada son el principal ingrediente de un modo campaña en el que debemos saltar, utilizar la fuerza para hacer levitar objetos, conducir vehículos, ponernos a los mandos de un cañón laser, etc.

Con un argumento que plagia sin ningún tipo de chispa la mayoría de escenas de la trilogía original, este modo historia nos narra a lo largo de tres capítulos una aventura tediosa y poco inspirada en la que solamente los cameos de los viejos conocidos de la saga logran despertar algo de interés. Ahora bien, es innegable que a nivel de presentación se ha dotado al juego de un envoltorio visual y sonoro cuidado, algo que se nota en un diseño artístico coherente y con carácter, capaz de lucir más allá de que conectemos más o menos con su estilo visual aniñado.

Tengo en mente una imagen bucólica: la de un padre y su hijo pequeño jugando y pasándoselo bien con esta aventurilla a pesar de la lastimosa precisión de Kinect. Creo que es a este público a quien va dirigido esta modalidad principal del Kinect Star Wars, solamente esta mezcla de falta de criterio por la temprana edad del niño y de nostalgia por regresar a la adolescencia del padre pueden soportar una experiencia como esta.

Pero afortunadamente hay más. La guerra no lo hace a uno más grandioso, pero sí los bailes. Como sabéis Kinect Star Wars tiene algo más allá de su descafeinadísimo modo historia, tiene Empire Today...

¡Me alegré tanto cuando supe de la existencia de estos bailes! Adoro Star Wars y me encanta cuando su universo se ríe de sí mismo lo máximo posible. Ha quedado demostrado que si Kinect hace algo bien esto es juegos de bailar, así que… ¿por qué no perder la vergüenza, desmelenarse y desempolvar el Galactic Funk de Meco?

Es donde mejor funciona Kinect Star Wars. Las 15 canciones del modo de baile son la risa, las carreras de vainas funcionan sorprendentemente bien (aunque hacer dos seguidas suponga tener agujetas todo el día) y el mini-juego del Rancor… bueno, de este último mejor olvidarse.

Es una pena que Kinect Star Wars no haya sido planteado como un party game lleno de retos breves y cachondos. No hace falta inventar nada nuevo, es simplemente poner a Darth Vader y a Chewbacca dentro de situaciones ridículas e imprevistas y os garantizo que el juego se convierte en el rey de la fiesta. Más mini-juegos y la eliminación total de estos menús lentos y engorrosos hubieran hecho que el juego ganara muchísimo. Es el gran lastre de este título, que su mejor parte no deje de ser lo que parece un añadido de última hora: el mini-juego de baile.

Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes. Es quizás la más mítica de las enseñanzas del maestro Yoda y Kinect Star Wars no se la aplica en ningún momento. Es en su intento de gustar al mayor público posible donde falla un juego que nunca acaba de tener claro a quién va dirigido. Es una lástima, porque se nota que se ha puesto esfuerzo en hacer un título completo (que lo es) y con una presentación que no escatima en detalles ni recursos (que la tiene). Cuando Kinect Star Wars se toma demasiado en serio la técnica le da la espalda para convertirse en una experiencia frustrante, y cuando parece que va a ser el party game definitivo te das cuenta de que solamente son un par de modos extra.

5 / 10

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