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Dead Island

Muertos y más muertos.

De cualquier forma, la degradación de las armas no es un problema si tenemos la posibilidad de mejorarlas o incluso crear armas nuevas a través de una herramienta específica, al más puro estilo Dead Rising 2. Los resultados son espectaculares: podremos por ejemplo enganchar en el extremo de un bate de beisbol una sierra radial. Festival garantizado.

Los combates cuerpo a cuerpo nos están todo lo refinados que nos gustaría y las armas son un poco toscas, aunque la torpeza de estos dos elementos crean -sorprendentemente- un todo muy coherente. De cerca nos vigilará una barra de stamina que disminuirá conforme vayamos atizando a los malos, así que tendremos que estar muy al loro de mantenerla en forma para evitar disgustos.

Es muy gratificante la creatividad con la que se han planteado los combates, provocando situaciones realmente hilarantes. Cuando un zombie venga corriendo a atacarnos, podremos esperarle pacientemente mientras cargamos el ataque para en el momento justo, arrancarle la cabeza de guantazo. Muchos de los enemigos son calcos a los que vimos en Left 4 Dead, por lo que nos encontraremos a tipejos como Tank -una montaña de músculos que sólo es vulnerable si le atacamos por detrás- u otros que al morir explotan en una nube de gas tóxico, tal y como hacía Boomer.

Dead Island puede parecernos un poco grosero o desafinado, pero está pensado para proporcionar diversión a raudales y ciertamente, creemos que lo conseguirá.

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