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Análisis de Teenage Mutant Ninja Turtles: Desde las sombras

Pizza de anchoas.

La nostalgia es un arma de doble filo que convierte nuestros recuerdos en sentimientos y valores inalcanzables o irrepetibles. Algo que hayamos vivido en nuestra infancia, que nos haya marcado, es mejor que cualquier otra cosa por mucho que en realidad sea sensiblemente peor. La intención de elevar determinadas experiencias a casi vivencias catárticas cercanas a la perfección es en lo que parecen querer apoyarse muchas veces las editoras de videojuegos, que cuentan con licencias jugosas a las que sacar partido pero que, conocedoras de la nostalgia, prefieren tomarse las cosas con más calma.

No sé si habrá habido, eso sí, mucha calma en las oficinas de Red Fly Studio. Porque si hay algo que se deduce fácilmente después de jugar una partida a Teenage Mutant Ninja Turtles: Desde las Sombras es que las cosas o se han hecho mal o se han hecho con mucha prisa. O las dos cosas. Basado en la nueva serie de las remozadas tortugas que se emite en Nickelodeon - lo que significa que también se basa en su horrible estética - Desde las Sombras es un beat'em'up cooperativo para cuatro jugadores que intenta muchas cosas pero que no se toma en serio ninguna.

Activision lo tenía fácil. Las Tortugas Ninja es una serie que se presta mucho a ser adaptada al videojuego, y la idea de crear un título de acción y lucha para cuatro jugadores en el que aparecen Leonardo, Michelangelo, Donatello, Raphael y todos los personajes icónicos de la serie no era mala. En el modo historia podemos alternar el control de cada una de las tortugas con un toque de cruceta, y las mecánicas de combate que adopta el juego, aunque cambian entre cada una, son muy parecidas a las de Batman: Arkham Asylum en esencia, ya que podemos atacar a varios enemigos con golpes o combos y esquivar o contraatacar. También tiene pequeños toques de RPG - muy pequeños, en realidad - y podemos subir de nivel a cada una de las protagonistas, asignar puntos para mejorar las habilidades y crear armas nuevas. Incluso hay un modo arcade en scroll lateral que recuerda a los clásicos del género. Pero nada de eso funciona.

"Si hay algo que se deduce fácilmente después de jugar una partida a Teenage Mutant Ninja Turtles: Desde las Sombras es que las cosas o se han hecho mal o se han hecho con mucha prisa. O las dos cosas."

Las escenas cinemáticas no son más que viñetas de cómic estáticas. Son muy simples y, en honor a la verdad, muy feas.

Cuando hace las cosas bien, Desde las sombras puede llegar a ser entretenido. Los combates parecen atractivos en un principio, con ataques que se encadenan y movimientos contextuales que aportan un poco de espectacularidad. Pero todo son espejismos que esconden un mar de defectos, como una falta de dinamismo causada por una respuesta lenta de los controles con la que nunca consigues pillarle el ritmo al juego; puedes introducir un combo, pero no termina de quedar claro si se va a ejecutar o no. Es algo a lo que uno podría acostumbrarse en mayor o menor medida, al fin y al cabo, pero hay que centrar la cámara en los enemigos manualmente y su comportamiento empeora mucho las cosas: o se aleja mucho o se acerca demasiado, y prácticamente nunca se posiciona en el ángulo adecuado. Es un aspecto que, junto al susceptible frame-rate, juega alguna mala pasada en el combate y convierte a este producto en una experiencia más frustrante de lo que debería. Eso, claro, cuando no se congela o aparece algún bug que obliga a reiniciar la partida. Y la música… oh Dios mío. La música.

Sí que está mejor implementado el doblaje, que añade bastante sentido del humor al conjunto, pero peca por exceso: a mí Michelangelo siempre me había parecido un personaje afable pero un poco ridículo en la serie de animación original, como ese cuñado que intenta hacerse el gracioso poniéndose la servilleta en la cabeza en una boda. Desgraciadamente los niveles a los que llegan sus chascarrillos en Desde las Sombras son insoportables; sus monólogos sobre la pizza, la importancia de una buena elección de los ingredientes y el sentido de la vida en mitad de los combates se repiten una, y otra, y otra vez hasta que compruebas por ti mismo que no puedes usar otra tortuga para matarle. Además muchas veces el diálogo continúa reproduciéndose aunque aparezca una escena cinemática, produciendo un caos lingüístico bastante importante.

"TMNT: Desde las Sombras tiene buenas ideas, pero es un juego roto y lleno de problemas técnicos que lo hacen prácticamente injugable."

La música, suponemos que pretendidamente machacona para corresponder las exigencias del público actual, podría servir perfectamente para ambientar alguna línea erótica de un futuro cercano.

Lo que sabe peor es que a pesar de sus errores, da la sensación de que Red Fly Studio iba por buen camino: las animaciones y los diseños de las tortugas no están mal, y es con total seguridad el aspecto más trabajado - algo que, teniendo en cuenta el panorama, tampoco es decir mucho. Pero el combate, tanto en el modo de un jugador como online, no es satisfactorio ni divertido, la inspiración brilla por su ausencia y terminamos recorriendo pasillos que se repitan hasta la saciedad y que se aderezan con los mismos enfrentamientos de siempre - tampoco hay una especial diferencia entre cada tipo de enemigo, más allá de la forma de esquivarlos - y con un juego de hackeo totalmente inútil que, además, puede realizar cualquiera de las cuatro tortugas.

Hay ideas decentes y buenas intenciones en los cimientos de TMNT: Desde las Sombras. Tiene múltiples referencias a la serie original y a los cómics, modo cooperativo y arcade y un sistema de progresión en los personajes. Pero es un juego roto, con problemas técnicos que llegan a hacerlo prácticamente injugable y que solo me han motivado a desempolvar el baúl de los recuerdos y a volver a echar unas partidas al Turtles in Time de SNES para poner en orden mis recuerdos. Puede que, al fin y al cabo, Michelangelo no vaya tan desencaminado: Desde las sombras es como una pizza, sí, pero como una de esas pizzas de anchoa grasientas e insípidas cocinadas en un microondas.

4 / 10

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