Análisis de Donkey Kong Country Returns HD - Un gran plataformas que resiste con creces el paso del tiempo
Don't wanna be your monkey wrench.
Hace unos días comentaba en Bluesky (no era casualidad, en parte era porque secretamente estaba jugando a Donkey Kong Country Returns HD) que una de las cosas que más me han gustado del excelente y extenso catálogo de Switch es que ha combinado montones de juegos exclusivos para esta plataforma/generación con ports y remasterizaciones de títulos de eras anteriores que habían pasado desapercibidos o incluso eran desconocidos para muchos usuarios, quedando injustamente relegados al olvido.
Mirar atrás y sacar viejas glorias del armario es un recurso que ha utilizado bastante Nintendo a lo largo de este final del ciclo de vida de Switch. Con muy buenos resultados, además; nos ha permitido redescubrir un clásico como Paper Mario: La puerta milenaria, por ejemplo, que era carne de especuladores sin escrúpulos, o incluso ver como Luigi's Mansion 2 se liberaba de las limitaciones y las ataduras que tenía en control original en 3DS. Con la nueva versión de Donkey Kong Country Returns para la consola híbrida quizás la situación no sea tan transformadora, pero desde luego sí es una oportunidad de oro para recuperar uno de los mejores juegos de plataformas de las últimas dos décadas.
Es la tercera vez que escribo una review de este juego (primero en su versión de Wii, luego del port de 3DS y ahora de esta remasterización para Switch), así que no tiene mucho sentido explayarse en algo que ya sabemos todos: que Returns es un juego de plataformas de corte clásico que homenajea y sigue al dedillo las bases asentadas por el DKC original de Rare (secciones de vagonetas y coleccionables K-O-N-G incluidos) combinando la nostalgia con un excelente diseño jugable. Es, por lo tanto, más difícil de lo habitual... aunque, a cambio, también resulta más gratificante que la mayoría de títulos del género, y al mismo tiempo tiene opciones para hacer que resulte menos frustrante, como un modo cooperativo. Esta nueva versión, además, combina lo mejor de las dos anteriores: el apartado técnico de Wii (aumentado aquí a alta resolución, por supuesto, con un ligerísimo cambio en la cromatología que sólo notarán los ojos más avezados) junto con el contenido extra y las mejoras de calidad de vida de 3DS (la inclusión del modo "fácil" - las comillas no son accidentales - y la optimización del control tradicional). El paquete completo de un gran juego, vamos.
Lo único que juega en contra de Returns, realmente, es el hecho de que Switch ya acogió también con anterioridad un port de Tropical Freeze, una secuela publicada originalmente en Wii U que refinaba el diseño de la primera entrega y añadía una capa extra de desafío, consolidando una propuesta algo más redonda. Returns se siente, por lo tanto, como un pequeño paso atrás, pero es importante incidir en que, pese a ello, sigue siendo un juego de plataformas excelente y muy recomendable.
La duda es, claro, si esa recomendación es válida para todos los públicos. Para quien no haya jugado nunca a Donkey Kong Country Returns y le gusten los juegos de plataformas, esta versión HD es poco menos que imprescindible: su diseño es fantástico, quince años después se conserva fresco como el primer día y destila amor por el género por los cuatro costados. Para quien ya tuviese el juego en Wii o 3DS, sin embargo, la situación es más divisiva; el nuevo port, siendo honestos, no añade nada sustancial en términos de contenido, y más allá del lavado gráfico al verse en alta resolución no tiene muchos más alicientes respecto a lo que ya teníamos antes. Es la versión definitiva de la obra de Retro Studios y siempre es un placer regresar a él, sin duda, pero volver a comprarlo dependerá enteramente de hasta qué punto somos fans del original.
Más allá de estas consideraciones, y si nos centramos estrictamente en su base, Donkey Kong Country Returns HD se erige como una buena propuesta dentro de un catálogo, el de Nintendo Switch, que no es precisamente flojo o escaso en títulos de su género. Todo lo que hizo que el original se convirtiese en uno de los imprescindibles de Wii (y 3DS) se conserva intacto aquí, con una sorprendente vigencia, y por lo tanto se puede decir de él lo mismo que dijimos en 2010: que es un plataformas bonito, divertido, nostálgico (en el buen sentido) y tan recomendable para el público casual como para aquel que busca un desafío más complejo.