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Opinión: 5 cosas que le pedimos a 2015

Nuestra carta a los Reyes Magos.

Aunque me niego a pensar en 2014 como en el año desastroso y apocalíptico que muchos han querido pintar (no estamos tan mal, que decía aquel esperpéntico presidente), la verdad es que tampoco ha sido uno que vaya a pasar a la historia del videojuego. Es por eso que a 2015 le pido unas cuantas cosas. Cinco, principalmente:

Comprar juegos y que no estén rotos

Resulta casi ridículo que empecemos el año pidiendo a las compañías que tengan la decencia de publicar sus juegos con el menor número de fallos posible, pero es que la situación vivida en 2014 fue un auténtico despiporre. Juegos de carreras con un marcado enfoque social cuyos servidores y código online no funcionaban (DriveClub, The Crew), shooters multijugador con un matchmaking que tardó semanas en ser funcional (Halo: The Master Chief Collection), una aventura cargada de bugs y con un frame-rate ridículo (Assassin's Creed: Unity)... los ejemplos son numerosos y a cada cual más escandaloso.

Ningún tester se dio cuenta de que esto es cualquier cosa menos normal, al parecer.

Los videojuegos no son precisamente baratos, y no hay sorpresa más desagradable que gastarte setenta euros para llegar a casa y descubrir que tienes que bajar un parche de chorrocientas gigas, en el mejor de los casos, o que el dichoso juego funciona mal o a medias, en el peor de ellos. No estaría de más invertir un poquito más en un control de calidad medianamente efectivo o, si no queda más remedio, retrasar un poco el lanzamiento antes que sacar tu producto con prisas. De verdad, no nos viene de unas semanas si al final tenemos una experiencia como dios manda en vez de una frustrante y que de ganas de lanzar la consola por la ventana.

Que no nos engañen, que nos digan la verdad

2014 ha sido un año de juegos rotos, pero también de downgrades. Con juegos como Watch Dogs o Dark Souls II estuvieron meses enseñándonos espectaculares vídeos y prometiendo gráficos alucinantes, y cuando finalmente llegaron a las tiendas... bueno, eran otra cosa.

Entendemos que las compañías quieran vender cuanto más mejor (esto es un negocio, al fin y al cabo), pero ya basta de que directamente nos intenten tomar el pelo, algo que cada vez es más común. Publicar bullshots es una práctica habitual desde hace años, en las ferias se enseñan versiones dopadas de juegos que luego son inferiores gráficamente en su versión final e incluso se prometen características y mecánicas jugables que luego brillan por su ausencia. Los jugadores somos fácilmente impresionables y se nos ilusiona con poca dificultad, así que no hace falta recurrir directamente a la mentira. Una industria más sincera nos beneficiaría a todos, editoras y desarrolladoras incluidas.

Mayor estabilidad en los servicios online

Primero fue Xbox Live Gold y desde hace un año PlayStation Plus. Está bien, aceptamos - a regañadientes - que ahora sea necesario pagar un servicio de suscripción para poder jugar online cuando antes (o en PC) es algo que se hacía gratis. Pero lo mínimo a exigir es que si el servicio es de pago entonces tenga garantías de funcionamiento.

Voy a echar una partida con los colegas al Duty. Oh, wait...

No es posible, ni mucho menos aceptable, que las caídas sean frecuentes, que cada dos por tres el servicio esté en mantenimiento o que su funcionamiento no sea todo lo fluido y estable que debería. Por no hablar de los agujeros de seguridad y privacidad de los datos personales. En el momento en el que pasamos a pagar por ellas, los fabricantes como Sony y Microsoft deben ofrecer plataformas online fiables y que funcionen (casi) veinticuatro horas al día los trescientos sesenta y cinco días del año. Sin excusas.

Ah, y los hackers. Chicos, sabemos que sois muy buenos, muy listos y que - según decís - tenéis el noble propósito de sacar a relucir los problemas de seguridad de los proveedores cuando realizáis vuestros ataques. Pero en serio: os los podéis ahorrar. De verdad. Lo último que queremos en Navidad los usuarios de a pie, cuando por fin tenemos vacaciones de nuestro trabajo o nuestros estudios, es no poder echar una simple partida con nuestros amigos al FIFA porque vosotros habéis decidido tirar abajo Xbox Live o la PSN con un ataque DDoS. Not cool, bros.

Menos remasterizaciones

Sí, juegos como Grand Theft Auto V o The Last of Us son fabulosos. Auténticas obras de arte. Y obviamente no nos importa volver a jugarlos, especialmente a mayor resolución, con más detalle gráfico y con un frame-rate más fluido. Pero, ¿de verdad pensáis que necesitamos refritos y versiones ligeramente mejoradas de títulos como Sleeping Dogs, Devil May Cry o Resident Evil? No.

Así que señores encorbatados de la industria: ya vale de sacar el mismo juego una y otra vez. ¿De forma excepcional, con clásicos importantes y para ocasiones especiales como un aniversario de más de una década? Está bien, es un homenaje que nosotros mismos agradecemos. Pero volver a publicar el mismo juego con una pequeña mejora y esperar que pasemos otra vez por caja es un poco iluso, porque si quiero volver a jugar a Tomb Raider saco la PS3 del armario y listos. Lo que queremos son cosas nuevas y, para acabarlo de rematar, cuando sí os pedimos una remasterización nos venís con un port cutre, como Final Fantasy VII. No hay quien os entienda...

Juegos que expriman de verdad la nueva generación

El primer año de la nueva generación ha sido un poco extraño. Incluso un poco aciago, podríamos decir. Aunque hemos visto algún proyecto pensado exclusivamente para ella bastante vistoso, la mayoría de juegos han sido intergeneracionales y venían lastrados por tener que ser adaptables a las viejas consolas. Nadie dijo que los inicios fuesen fáciles.

'Intergeneracional'. Un término que esperemos quede olvidado en 2015.

Entiendo que con una pequeña base instalada de nuevas consolas y los enormes costes de desarrollo era inevitable un periodo de transición en el que Xbox 360 y PlayStation 3. Pero ahora que entre PS4 y One ya llevan casi treinta millones de unidades vendidas es momento de que los desarrolladores empiecen a olvidar el pasado para abrazar el futuro. De empezar a pensar a lo grande y aprovechar a fondo las enormes posibilidades del nuevo hardware. De innovar con nuevas fórmulas y mecánicas jugables que antes no eran posibles. De exprimir la nueva generación, en definitiva, que para eso nos hemos gastado cuatrocientos euros en ella.

Bonus track: The Last Guardian o Half-Life 3

Sobran las palabras. Esta os la veíais venir desde el principio, ¿verdad?

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