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Avance de Need for Speed: Payback

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El aficionado al motor, chalao de la bujias y fan del género de conducción debe estar de celebración: las sagas de simulación nunca se vienen abajo, Forza y Gran Turismo siempre están al pie del cañón y además aparecen propuestas nuevas como Project Cars o Asseto Corsa. Dentro de la propia simulación, las cosas van más que bien, y paralelamente se encuentran las franquicias que podríamos considerar más arcade. Need for Speed, confundido con sus propios sentimientos, a veces no sabía en que grupo debía encajar, pero como un adolescente en pleno desarrollo emocional, cada vez se va conociendo más a si mismo y reconoce donde debe estar y a donde pertenece.

De esa manera, Need for Speed Payback se dejó ver en el EA PLAY 2017 como un paso más, y uno más grande que nunca, hacia el juego de conducción más pendiente de la espectacularidad que de la precisión, y hacia la sencillez, y desde luego, es un gran acierto. Tan solo pudimos jugar una demo muy corta, exactamente la misma secuencia mostrada en vídeo en la conferencia, pero nos ha servido más de que sobra para extraer algunas intenciones muy claras. La primera, es esa apuesta por lo arcade: los controles se ven minimizados a unos pocos botones (concretamente cuatro, sin contar los joysticks: acelerador, freno, freno de mano y nitro), haciendo de la forma de jugar lo más sencilla posible. Sin lugar a dudas, es una buena decisión, pero a la hora de la verdad deja algunas dudas: el deslizamiento y las colisiones con los demás coches son menos contundentes de lo que deberían y solo se nota verdaderamente cuando lo juegas.

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Eso nos lleva a la forma en la que Need for Speed: Payback quiere entender el arcade en esta ocasión: inspirándose directamente en los mejores del género, Burnout y Split Second, introduce la acción y la interacción con otros vehículos a partir de la violencia y presenta la misma mecánica de takedowns de uno de sus referentes. Al mismo tiempo que conducimos por una autopista llena de señores con mala hostia porque llegan tarde al trabajo, tendremos que librarnos de nuestros enemigos a base de golpes a la carrocería para que acaben dando tres vueltas de campana en el sentido contrario. La pequeña secuencia que pudimos jugar y que todo el mundo ha podido ver en vídeo es una escena extraída de la propia historia del juego, y es precisamente esa idea más interesante de todas.

La apuesta de Electronic Arts es contar una historia a través del género de conducción, y convertir Need for Speed: Payback en un juego de aventura. Un juego de aventura y acción donde las cinemáticas se integren con el gameplay y no se cuente la historia solo con las primeras. Del mismo modo que hace cualquier juego con un mínimo de intención narrativa y de importancia, la trama y la mecánica se ponen a disposición una de la otra para adaptarse y avanzar juntas en la misma dirección. En este juego de aventuras, en el que los personajes no son personas si no vehículos conducidos por estas, en cualquier momento puedes estar jugando y pasar a jugar con otro diferente, haciendo que las partes de cinemática y las partes de gameplay estén conectadas de la forma más directa y natural.

Eso si, algo que suena tan bien y tan pronto solo puede ser un idea, una imagen plasmada sobre el papel pero que no tenemos la certeza de si funcionará. De momento, estamos en el lado positivo: la buenas ideas son el punto de partida ideal. Y luego ya veremos si funcionan o no. Está por ver.

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