MadWorld
La marea roja llega a Nintendo.
En ocasiones bastará con ir de frente y acumular puntos para desbloquear la batalla final, en otras tendremos que recolectar determinados objetos a través de zonas laberínticas, aunque según avanza la trama todo se va haciendo más y más complejo y altamente rejugable gracias a, por ejemplo, los desafíos BloodBath. Un personaje llamado Black Baron hace la labor de anfitrión explicándonos en que consiste cada uno de ellos; se trata de misiones contrarreloj (con varias rondas) en una arena cerrada donde encadenar victimas y en las que el propio Baron siempre muerde el polvo gracias a su ayudante, la cual le convierte en conejillo de indias para que nos quede bien claro qué hemos de hacer. Son escenas hilarantes, muy divertidas, que merece mucho la pena jugar por lo retorcido de su mecánica.
Normalmente, la mayoría consisten en lanzar a los enemigos hacia algo: un ventilador gigante, una prensa, las vías del tren... en otras tenemos que hacer diana en unos carteles gigantes con forma de señorita (y unos pinchos muy afilados situados estratégicamente en sus pechos y genitales) para clavar a los enemigos en ellos. Pero, antes, debemos coger unas botellas, agitarlas y metérselas literalmente en el gaznate para que el impacto otorgue mas puntos. Otro desafío BloodBath consiste en insertar simultáneamente al máximo número de contrarios posibles en unos barriles con dinamita antes de que se acabe el tiempo de cada ronda para ver unos bonitos fuegos artificiales...y así fase tras fase, en un carnaval de higadillos la mar de entrañable.
Toca el momento de mojarnos definitivamente y responder la pregunta que ronda sobre nuestras. ¿Se hace realmente pesado? ¿Cansa por la ausencia de diversidad en su propuesta? Definitivamente NO. Y, además, no sólo cuenta con buena cantidad de movimientos, armamento, situaciones, retos secundarios y un argumento que guarda bastantes sorpresas en su interior...sino que logra hacer que el jugador disfrute cada segundo. Gracias a un sistema de control realmente efectivo (pocos juegos de Wii gozan de una respuesta tan precisa) y fácil de dominar, a veces dudaréis si realmente es el juego quien os lo pone fácil o si es que vosotros sois unos auténticos hachas. Sabemos que esa aparente sencillez es una decisión premeditada por Platinum Games (sus desarrolladores), quienes se han esforzado en que el jugador vea recompensada su imaginación antes que frustrarla con una dificultad exigente. Las batallas con los final bosses son un claro ejemplo de ello y seguramente superéis los cuatro o cinco iniciales al primer intento. Pero, eso sí, nadie os quitará la sensación de haberlo dado todo, y esto supone uno de sus mayores logros al sentir que te has esforzado y lo has conseguido. Se trata de algo muy personal, lo sabemos, que responde a la habilidad y experiencia de cada uno y que probablemente no funcioné de la misma manera en todos vosotros, pero sí estamos seguros de que los veteranos sabrán apreciarlo mucho más que los recién llegados.
Madworld no reinventa las normas del brawler o el hack n' slah. De hecho casi diríamos que es una culminación del género, por tanto resultará sencillo a quienes endurecieron sus callos con títulos del calado de Devil May Cry o el ya mencionado God Hand. Hay títulos que repiten clichés de manera vergonzosa, que plagian pautas ya vistas sin ningún descaro y los hacen aburridos, pero MadWorld logra que el 99% de sus obviedades resulten un merecido homenaje. Bastará encontrarse con el gigantesco Litlle Eddie, el ninja Shogun o el Cowboy Jude the Dude para revisitar grandes jefes finales de la historia del videojuego...y sin embargo nos parecerán totalmente nuevos. A mitad de fase, como si de un encapuchado con sierra eléctrica en Resident Evil 4 se tratara, tenemos enemigos mas puñeteros como los Big Bull Crocker, marcando la diferencia entre la habitual carne de cañón y el reto moderado. Como es de esperar, fase tras fase la dificultad aumenta y debemos repetir escenarios (3 vidas en cada uno y a comenzarlo desde el principio si las perdemos), nuestra rabia aumentará, tendremos que pararnos a pensar en los puntos débiles de cada final boss, ver qué nos hemos perdido y por dónde tenía que ir.... como tiene que ser.
Pensamos que MadWorld reúne muchas y meritorias claves para lograr un éxito tremendo y que podría ser un auténtico vendeconsolas para todos aquellos que aún desconfían de Nintendo y su política ya habitual de lanzamientos para nuevos clientes. El inconveniente más evidente quizás sea su duración, que no va más allá de las 6-8 horas si vas directamente al grano. Con todo, el tiempo dirá si, como ya ha sucedido con otros tantos juegos valientes y arraigados en la vieja escuela, al final serán cuatro gatos los que se hagan con él. Pero lo que sí es seguro es que lo van a gozar de lo lindo.