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Hole in the Wall

Directo al agujero.

Es posible que algunos de vosotros recordéis El Muro Infernal, la adaptación española de un curioso programa japonés, destinado a hacer más soportables esas aburridas noches de verano, que debutó - y murió - en televisión hace unos años. Hole in the Wall es el videojuego basado en este programa para la consola de Microsoft, haciendo uso del sensor de movimiento Kinect. Un juego que, pese a contar con una idea interesante, acaba estrellándose por culpa de un funcionamiento algo irregular del dispositivo.

La mecánica del juego es muy simple, aunque no tan sencilla: se trata de superar un número de muros que vienen hacia nosotros, y para ello tenemos que adoptar las posturas - a veces fáciles y a veces imposibles - que hay recortadas en éstos. Si no lo conseguimos y el muro nos alcanza, caemos a la piscina que hay detrás de nosotros.

Hole in the Wall cuenta con dos modos de juego, para un jugador o para jugar en compañía, con hasta tres jugadores más. En el primero, Supervivencia, los muros son ilimitados, y a la primera penalización caeremos al agua, así que se trata de intentar superar el máximo número de muros. El segundo, Programa, es un especie de tour mundial con diez programas con muros de diferentes temáticas, como continentes (Europa, América, África), deportes, música, o invierno, entre otros. Cada programa consta de tres rondas clasificatorias y una ronda final. En cada ronda deberemos enfrentarnos a ocho muros, y el jugador contará con tres oportunidades antes de caer al agua. Si somos lo suficientemente diestros clavando las posturas y alcanzamos la ronda final, éstas se complican un poco más, al tener que enfrentarnos a muros a oscuras o algunos que vienen hacia nosotros a una velocidad más alta. Por si esto fuera poco, al perder, debemos volver a empezar el programa desde el principio, teniendo que volver a repetir las rondas previas, con el consiguiente aburrimiento ya que los muros son siempre los mismos.

Si a nivel de modos de juego estamos ante un título discreto, técnicamente sigue la misma tendencia. Los gráficos son muy pobres, con una representación de los avatares extremadamente robótica y unos escenarios, en un plató de televisión prácticamente vacío, con una carga poligonal excesivamente baja que abusan de las luces de neón. El apartado sonoro cumple sin más; se compone de una banda sonora con melodías típicas de concurso televisivo y unos pocos efectos de sonido - las voces del público y la voz en off del presentador, en castellano -.

Sin embargo, el principal problema viene con la detección de nuestras posturas, algo que no acaba de funcionar como debería. Para superar cada muro debemos mantener una postura mientras se rellena una barra de color azul. Cuanto más se parezca nuestra posición a la requerida - el juego nos lo indica con nuestra imagen en color rojo, naranja o verde -, más rápidamente se llenará la barra, y aquí es donde encontramos el mayor problema del juego: copiar algunas posturas es ya tarea harto complicada, y si además Kinect no reconoce bien dicha postura, intentar superar algunos muros es, cuanto menos, tedioso.

Hole in the Wall podría haber sido un buen juego para disfrutar con los amigos, pero a las pocas partidas y tras comprobar que la precisión de Kinect no está a la altura de algunas de las posturas que debemos superar, se convierte en un título simple, aburrido, repetitivo y agotador. En definitiva, un juego que ni de lejos justifica el desembolso que debemos hacer por él, 800 Microsoft Points.

4 / 10

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Hole in the Wall

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Joan Abad Extremera

Redactor

Joan está en este mundillo por casualidad, desde que el gusanillo por escribir sobre lo que más le gustaba, los videojuegos, le hizo enviar un artículo a una revista. Desde entonces, no ha parado. Está estudiando Comunicación, es fan incondicional de Sonic, vive con un mando en las manos desde los años de las 8 bits y escribe de todo: análisis, noticias, especiales, entrevistas, o hasta el verso de la novia, si hace falta.

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