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Enslaved: Odyssey to the West

¿Tensión sexual no resuelta?

Hasta aquí ha quedado más que claro que estamos ante un juego excelente en cuanto a historia y presentación, la gran pregunta es: ¿ocurre lo mismo en lo estrictamente jugable? ¡Buena pregunta! La respuesta requeriría de muchos matices, pero lo podríamos resumir diciendo que aunque es correcta, no está a la altura de los apartados mencionados anteriormente.

En un primer nivel de análisis topamos con una estructura por niveles dividida en 14 capítulos que se traduce en una correcta duración de juego de entre 8 y 10 horas. Controlando a Monkey avanzamos de forma muy lineal, pero afortunadamente el diseño de los escenarios no da una impresión "pasillera", como sí nos provocan otros juegos. El ritmo entre las secciones de acción y de puro plataformeo está bien calibrado, a su vez, de vez en cuando el juego nos sorprende con mecánicas distintas que le aportan variedad al conjunto, cosas como parapetarnos detrás de un coche en movimiento, controlar una torreta para proteger nuestra embarcación, o lo mejor de todo, subirnos en nuestra nube mágica, o lo que es lo mismo un aerodeslizador como el de Regreso al Futuro.

Sin duda, donde el juego está generando más controversia es en las partes de plataformas. Haciendo honor a su nombre Monkey es un saltarín nato y no es extraño verlo moviéndose de una lugar a otro como si de un chimpancé adicto al parkour se tratara. De hecho tiene más sentido aquí que en el intocable Uncharted 2, pero el problema de Enslaved es que los saltos son tan espectaculares como tremendamente fáciles de ejecutar. Verlos es una delicia, sobretodo porque las animaciones del protagonista son brutales, pero también es cierto que a la hora de jugarlos no tienen mucha emoción. Sin ir más lejos, el personaje solamente salta en los lugares donde está programado que salte, no podemos saltar sin más y esto es realmente contradictorio en un juego como este. Esto no quiere decir que las partes de plataforma sean un rollo, para nada, simplemente que aquellos jugadores que prefieran retos más exigentes quizás se sientan defraudados.

Por su parte, los combates no son tan simples, pero tampoco se caracterizan por ser muy profundos. Nuestro personaje ataca con sus puños y con su bastón mágico a lo Son Gokuh pero olvidaros de complicadas combinaciones de botones. El juego es directo en el sentido de que ofrece poca variedad de ataques, pero de todas maneras las luchas son adictivas y entretenidas. Usar las esquivas dando vueltas alrededor de los enemigos es fundamental, más incluso que cubrirse con el escudo. Al mismo tiempo, cada enemigo tiene unos puntos débiles que deberemos detectar. Los robots acostumbran a atacarnos en grupo rodeándonos y es en estos momentos cuando la dificultad sube unos enteros, más todavía cuando la cámara nos juega una mala trastada, que no será en pocas ocasiones. Si salís airosos y lo hacéis bien asistiréis a algunas de las escenas de final de combate más demoledoras que se han visto.

Esta simplicidad que rodea los aspectos jugables de Enslaved también nos la encontramos cuando nos toca enfrentarnos a los enemigos finales de fase, que siguen en la línea de los amasijos de metal de los robots normales y tampoco es que hagan gala de muchas formas de atacar distintas. De nuevo el envoltorio del juego acude al rescate de una mecánica jugable que peca de ser demasiado poco profunda pero que tampoco demanda de mucho más. Como aventura lineal enfocada para un solo jugador la historia y el impregnarse del mundo y los personajes es clave para disfrutar del juego. Buscar en Enslaved el simulador de combate definitivo es un error, más cuando el juego cumple sobradamente en la difícil asignatura de tener buen ritmo y no decaer en ningún momento.

Completando estos aspectos jugables nos encontramos con que a lo largo de la aventura también tendremos la posibilidad de recoger orbes que podremos intercambiar por nuevos ataques para nuestro personaje. Será gracias a Trip que gozaremos de estas mejoras y será también gracias a ella que podremos interactuar por momentos para resolver unos sencillos puzzles con palancas que le aportan variedad al juego.

El juego cuenta con doblaje en inglés y castellano.

Y volvemos de nuevo a la parte artística antes de acabar porque es obligado mencionar la banda sonora compuesta por el músico inglés Nithin Sawhney, muy en la línea del genial trabajo de Christophe Héral para Beyond Good and Evil; y también el doblaje, que tanto en la versión original inglesa como en la española tienen un gran nivel. Destaca especialmente la inglesa, puesto que cuenta con la participación del actor Andy Serkis, quien también se ha encargado de la captura de movimientos y en muchos aspectos de la creación del título.

En definitiva, Enslaved: Odyssey to the West es un título de aventuras que encantará a aquellas personas que disfruten con un buena historia y gusten de sumergirse en mundos elaborados de gran atractivo. Aquellos jugadores que busquen un juego donde la precisión y el desafío sea lo más importante no lo disfrutarán de igual manera. En cualquier caso, queda patente que Ninja Theory es uno de los estudios con una visión más clara y personal a la hora de crear juegos, su lema como han dicho en varias ocasiones es "crear juegos bellos", y en esta ocasión lo han conseguido sin ningún tipo de dudas. Tardaremos mucho tiempo en olvidarnos de dos personajes tan carismáticos como son Monkey y Trip. Y ahora os preguntaréis... ¿Al final hay rollo o no? ¡Eso lo tendréis que descubrir vosotros cachondos mentales!

8 / 10

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Enslaved: Odyssey to the West

PS3, Xbox 360, PC

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Albert García

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