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Brütal Legend

Alicia en el país del Metal.

Si todo esto no fuera suficiente todavía hay que sumarle un tercer elemento del que todavía no he dicho nada. Me refiero al excelente trabajo de los actores que han dado vida a los personajes y en especial a Jack Black. Desde que se supiera que este actor y cantante de rock iba a poner su voz a Eddie Riggs su imagen ha estado tan ligada al proyecto que ha sobrepasado las fronteras de lo que habitualmente entendemos por un doblaje estándar. Vídeos como este ponen de manifiesto la particularidad del caso que nos ocupa, donde el propio personaje de Eddie Riggs es tan carismático y a la vez tan carne de Comic-Con que en EA no han sido tontos y han convertido al divertido tandem Schafer/Black en la propia estrategia de marketing del juego. Cabe destacar, eso sí, que nada de esto sería posible sin la hábil pluma de Schafer para escribir uno de los guiones más desternillantes de esta generación y que además del uber-expresivo y cachas roadie, cuenta con el apoyo de un reparto de secundarios entre los que encontramos a auténticas leyendas del heavy metal como Lemmy Kilmister, Rob Halford, Lita Ford o un grandioso Ozzy Osbourne en el papel de Guardián del Metal.

Es por todos estos elementos de trasfondo (gráficos, música, actores) que la puesta en escena de Brütal Legend brilla con una fuerza extraordinaria por encima de tantas ambientaciones clónicas que encontramos hoy en día. Y es por ello que me postulo a favor del planteamiento sandbox, ya que se constituye como la forma más libre de experimentar este mundo de forma contemplativa y al ritmo que el jugador marque.

A nivel jugable estamos ante un título bastante fácil y relativamente corto si lo único que queremos es cumplir las misiones principales de la historia. A nivel de intensidad es una lástima que la gran fuerza de los primeros compases del juego se diluya a partir de la mitad y sobre todo, que una vez que el juego ha mostrado todas sus cartas, todo se reduzca a repetir una y otra vez el mismo tipo de tareas. Las partes de acción hacen gala de un sistema control poco profundo pero divertido, que se fundamente en ir consiguiendo nuevos combos y principalmente combina la brutalidad de pegar hachazos en peleas multitudinarias con el uso de la guitarra eléctrica para invocar poderes y freír culos glam.

Como hemos dicho antes, también encontramos en Brütal Legend un mini-juego de estrategia que aunque parece un pequeño divertimento la primera vez que lo vemos, acaba convirtiéndose en una pieza clave de la jugabilidad. De hecho, todo el multijugador esta basado en esta mecánica y consiste básicamente en combatir a otro ejército mediante la conquista de una especie de torretas de fans para finalmente asaltar el escenario rival. Disponemos diferentes tipos de unidades, cada una con una especialidad y gracias a nuestra habilidad de sobrevolar el terreno podemos darles ordenes desde las alturas o directamente combatir con ellas. Sin duda, es un gran atrevimiento meter con calzador una mecánica tan inusitada en el juego, pero yo celebro esta decisión. Al fin y al cabo esta es la historia de un roadie, de un tipo que ha encargarse de organizar la parte técnica de un concierto y que muchas veces ha de adquirir cierto rol de estratega. Es desde este punto de vista que podemos entender la inclusión de esta curiosa mecánica, gracias a la cual el juego no acaba siendo más repetitivo de lo que ya es.

No cabe duda de que en Brütal Legend la forma ha ganado al contenido. Y es que aunque sus menús son lo más molón que un servidor recuerda, todavía está un poquito lejos de convertirse en aquella obra maestra que prometía ser desde un punto de vista estrictamente jugable. El mismo Tim Schafer bromeaba en una entrevista a Eurogamer que tras elegir a Psychonauts como mejor juego de 2005 deberíamos hacer lo mismo con Brütal Legend no durante un año, sino durante dos. Pues bien, al final es poco probable que así sea, pero de todas maneras sí que podemos afirmar que su última creación es un título con una grandiosa puesta en escena, una propuesta de juego algo más floja pero de gran atrevimiento y que además cumple su cometido de ser una gran declaración de amor al heavy metal.

8 / 10

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