Skip to main content
Si haces clic en un enlace y realizas una compra es posible que recibamos una pequeña comisión. Lee nuestra política editorial.

Anarchy Reigns

Lo nuevo de uno de los creadores japoneses más en forma.

Hay gente de la que te puedes fiar y hay otra de la que no, y el Señor Atsushi Inaba es de los primeros.

Imaginaros que alguien viene a pedir empleo a vuestra empresa de juegos y os dice que ha producido, coged aire, Devil May Cry, Okami, Viewtiful Joe, Vanquish, God Hand, Phoenix Wright: Ace Attorney, Steel Batalion... ¿Qué le diríais? ¿Confiaríais en él?

Posiblemente sea una de las personalidades más importantes, ahora mismo, dentro del videojuego japonés y, quizás, mundial. Y cuando alguien ha demostrado tantas veces que es bueno lo único que podemos hacer es darle un voto de confianza.

No os voy a engañar: Anarchy Reigns no me atraía lo más mínimo. Creo que Vanquish y Bayonetta son demasiado perfectos como para ponerles encima un brawler desquiciado y machacabotones. Esa ha sido mi primera pregunta, a la que han respondido que no me deje engañar por las apariencias y que Anarchy Reigns es un juego con muchísima estrategia y profundidad.

En esencia es un multijugador en el que su punto diferencial es que el combate es siempre cuerpo a cuerpo: espadas, puñetazos, llaves, fatalities, ataques especiales, combos... Eso tiene su complejidad, explican, porque el lag es un asunto escabroso y dificulta la detección de impactos y el ritmo. Y me ha sorprendido bastante: con el mando en las manos es más contundente de lo que parece, tiene más peso y responde mejor de lo que uno puede pensar en un primer momento.

En la presentación a puerta cerrada Inaba nos enseñó el modo campaña, que no es cooperativo. Hay dos historias principales -que sepamos, de momento, aunque no creo que metan más líneas argumentales-. Una es la de Jack, el protagonista de MadWorld, un tipo rudo y que lleva una sierra en el brazo. El otro es Leo, también de MadWorld, y es mucho más finito y estilizado. Tiene un traje blanco y una especie de cuchillas de energía azul en los antebrazos.

La selección de misiones es bastante abierta, y tendremos varias zonas a las que ir en cada momento. Podemos elegir más o menos el orden de los tramos a los que nos enfrentamos vía menú, y según la misión elegida iremos para aquí o para allá, se cargará su cinemática y se cargará lo que tengamos que hacer.