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Primeras impresiones de Nintendo Pocket Football Club

Fútbol de bolsillo.

Cuando empecé a jugar a Nintendo Pocket Football Club no me esperaba lo que estaba a punto de llegar. Palabra. No tenía ni idea: ¿un manager de fútbol con muñequitos adorables y firmado por Nintendo? ¿Es esto un Football Manager portátil con gráficos 8 bit? No, no lo es. Tampoco es algo que haya que tomarse a la ligera. Me explico.

Mis primeros momentos con el juego podrían haber sido mucho más confusos, pero por suerte el tutorial sabe moverle a uno por las opciones principales sin resultar farragoso, dejando hilos sueltos pero atando los que necesita para que tengamos una idea de cuáles son las bases del juego. Tenemos un equipo de fútbol (podemos editar su nombre, su nacionalidad y su equipación, aunque no a los jugadores individuales) y nuestra misión como manager es mantener a los jugadores en forma para que superen los partidos. Para ello tenemos una serie de cartas, que conseguimos en cada partido y que podemos invertir entre sesiones, en el tiempo de descanso. Cada una mejora una serie de atributos, y podemos usar hasta tres en cada entrenamiento: las combinaciones correctas de cartas tienen mejores efectos, así que ir descubriéndolas es importante para maximizar los resultados.

En los partidos hay que mirar. Hacer algunos cambios si un jugador se lesiona o si lo consideramos oportuno, a veces, pocas, cambiar la táctica y pedir a nuestro equipo que pase a jugar de manera defensiva, por ejemplo, o avanzar su zona de juego y ponerlos en ofensiva, o cualquier combinación que se os ocurra; pero, sobre todo, hay que mirar. El Iwata Pregunta de Nintendo Pocker Football Club es iluminador para entender la dirección de ParityBit, el estudio encargado del juego, durante su desarrollo: habla ahí Hiroyuki Sonobe sobre la intención de recortar las partes de un simulador más obvias, las menos divertidas, y darle vueltas a la idea, como se lee en el primer punto de la entrevista, de que "observar tiene su gracia". "Existe una cierta tendencia a incrementar la cantidad de elementos presentes en el juego con cada versión", dice, en referencia a los simuladores deportivos. "Eso era algo que me proponía evitar a toda costa. Por si eso fuera poco, en los simuladores es posible que tengas tres opciones, por ejemplo: A, B o C. Pero quizá la opción A sea a todas luces la correcta. Para el jugador es un embrollo tener que seleccionar hasta las cosas más obvias".

"Nintendo Pocket Football Club es un juego de implicación leve: no hace falta ni dedicarle mucho tiempo ni nos implica más de la cuenta, sino que parece ir más por el intercambio de jugadores por internet, la creación de un equipo sólido y enfrentarse a otra gente."

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Tiene sentido una aproximación así a la simulación viniendo de una gente tan centrada en la diversión como último objetivo de cada juego. Dice Sonobe que "mi intención no era ni por asomo crear un simulador": eliminar los cambios constantes, minimizar el número de acciones necesarias durante los partidos asegurándose al mismo tiempo de que el partido fuera divertido de ver. "Esas eran las partes que quería suprimir. Hay juegos que te permiten omitir el partido para ver el resultado directamente. No iba a permitir eso bajo ningún concepto".

He hablado de mis primeros momentos con el juego precisamente por el contraste que tienen con el último partido que hice, este ya dentro de una competición oficial (los primeros son pachanguillas, entre comillas, de calentamiento y toma de contacto). Ahí ya había pasado cierto tiempo con mis jugadores: los había entrenado de la mejor manera que había podido, había intentando potenciar las características que podían funcionar mejor, sabía más o menos de qué pie cojeaba la mayoría de ellos. La cosa fue muy distinta: el interés con el que vi este último partido, más largo, además (los partidos amistosos se pueden jugar enteros, a dos tiempos, o solo la mitad: los 45 minutos de cada parte pasan de diez en diez segundos, así que duran considerablemente menos que un partido real, aunque tampoco son cortos), fue muy superior a la de los anteriores. Gané, además.

Ahí entendí un poco mejor el juego; entendí mejor lo de recortar interacciones y lo de no permitir que los partidos sean omitidos y ver únicamente el resultado. Es un juego de implicación leve: no hace falta ni dedicarle mucho tiempo ni nos implica más de la cuenta, sino que parece ir más por el intercambio de jugadores por internet, la creación de un equipo sólido y enfrentarse a otra gente. Este primer contacto me dejó con más preguntas (y, por tanto, despertó más mi curiosidad) que conclusiones; volveremos, esperemos que con respuestas, dentro de unas semanas, el 18 de abril, cuando el juego sale en la eShop de Nintendo 3DS.

Nintendo Pocket Football Club es un título exclusivo de Nitendo 3DS y está previsto que salga a la venta en Europa el próximo 18 de abril.

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