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Bad Piggies

La venganza de los cerdos.

Ni Sephiroth en Final Fantasy, ni el Ganondorf que le hace la vida imposible a Link, ni Bowser, el cansino secuestrador. Los malos más malos de la historia son los cerdos de Angry Birds. Y Rovio ha decidido que si momento de gloria ha llegado.

Cuando Bad Piggies fue anunciado, muchos pensamos que sería un Angry Birds más; con cerdos como protagonistas en lugar de pájaros cabreados y ya está. Estábamos muy equivocados.

Bad Piggies tiene muchos puntos en común con sus predecesores (incluido Amazing Alex), pero unas mecánicas totalmente nuevas y propias que probablemente no enganchen a todo el mundo, pero que son de agradecer a una compañía que tenia el éxito asegurado lanzando más de lo mismo, y sin embargo apuesta por arriesgar.

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El juego toma como punto de partida la recuperación de los huevos por parte de los Angry Birds, así que los cerdos necesitan más y se ven obligados a conseguir una serie de mapas que les lleven hasta nuevos huevos. Pero no va a ser tan fácil como cabría esperar: los mapas están dispersos por una serie de escenarios, en localizaciones inaccesibles para unos animales gordos y rechonchos, por lo que se ven obligados a aguzar el ingenio y construir vehículos que les permitan llegar desde los puntos de partida hasta los mapas. Para ello disponemos de una cuadrícula en la que poner cajones, ruedas, motores, ventiladores, paraguas y un sinfín de objetos que el juego pone a nuestra disposición. Cuando hayamos elaborado el aparato que pensamos que nos llevará al éxito, pulsamos sobre el botón de "play" y nuestro vehículo comienza a moverse y nosotros a activar o desactivar los distintos elementos para superar cuestas, saltar sobre huecos, cambiar de dirección y todo lo que sea preciso para alcanzar el mapa. Una vez conseguido tendremos la primera estrella del nivel, y nos quedarán dos más que deberemos lograr recuperando el mapa con algún condicionante, como hacerlo en un tiempo inferior al establecido o no usar alguno de los objetos que teníamos inicialmente a nuestra disposición, lo cual proporciona una gran rejugabilidad a cada uno de los niveles y dejando por imposibles algunos de ellos.

Actualmente, disponemos de dos bloques de 45 niveles cada uno. En el primer bloque los vehículos son terrestres, y los primeros niveles nos servirán de tutorial, de forma que conozcamos los distintos elementos con los que podemos crear nuestros ingenios mecánicos y como podemos hacer uso de ellos.

Pronto nos daremos cuenta de que esto no va a ser coser y cantar; Bad Piggies es un juego de puzles mucho más exigente que Amazing Alex y muchísimo más que cualquiera de los Angry Birds, que son más sencillos y accesibles que estos. No solo debemos construir un vehículo que sea capaz de llegar, sino que tendremos que manejarlo durante el camino, lo cual hace que las variables a tener en cuenta sean muchas más: ¿un cacharro robusto y pesado o uno más ligero y rápido? ¿confiamos en la gravedad o disponemos dispositivos que lo propulsen a riesgo de que acelere demasiado y termine rompiendo contra un obstáculo? y, en el caso de que queramos propulsar el vehículo ¿que tipo de mecanismos usaremos? ¿donde los dispondremos? ¿como haremos que frene y cambie de dirección antes de caer por un precipicio?

Cuando pensamos que controlamos todos los aspectos del juego comienza el segundo bloque de niveles, en el que deberemos construir artefactos voladores que salven grandes distancias por el aire. Nos toca reaprender, ya que los objetos a utilizar son diferentes y los que se repiten tienen un uso totalmente cambiado. Es destacable la capacidad de Rovio para reinventar su juego cambiando ligeramente las condiciones y elementos a combinar.

El tercer bloque que tenemos disponible es el modo sandbox, un modo que se desbloquea al lograr un pequeño número de estrellas del primer bloque de misiones y que nos sitúa en unos escenarios enormes en los que deberemos alcanzar un gran número de objetivos y para ello podremos construir un vehículo mucho mayor de lo visto anteriormente. Al principio, la cantidad de piezas disponibles serán, pocas y nuestro vehículo no tendrá un gran recorrido, pero según vayamos logrando más objetos podremos volver a este modo y ver como nuestro cacharro va ganando en potencia y tamaño, alcanzando distancias mucho mayores y, por lo tanto, un mayor número de objetivos. Es un modo muy acertado que gana mucho con el tiempo y las distintas combinaciones que podremos crear al aumentar nuestro inventario de objetos disponibles.

Junto a la pestaña de sandbox aparece el ya clásico "Coming Soon..." de Rovio, que hace pensar en las habituales actualizaciones gratuitas de la casa y que aumentarían la ya de por si larga duración del juego, si es que su dificultad no te hace abandonarlo antes de lograr las tres estrellas en los 90 niveles disponibles a día de hoy.

El sistema de control es muy preciso, intuitivo y accesible, permitiendo controlar el juego a cualquiera que le dé una oportunidad sin mayores problemas; una vez más Rovio demuestra que es un especialista en desarrollar juegos para dispositivos con control táctil y encontrar la manera más efectiva de control, y a nivel técnico ya sabemos lo que Rovio es capaz de hacer. En el aspecto gráfico veremos los diseños ya conocidos por todos, muy divertidos y jocosos, que cumplen con suficiencia a pesar de su simpleza. Las risas de los personajes del juego cuando alcanzan un mapa o sus quejidos al golpear contra el escenario son lo mejor de un apartado sonoro que, como en Angry Birds, está acompañado de unas melodías muy divertidas pero que se repiten en exceso, obligando casi a desconectar la música por sistema.

Bad Piggies tiene logros de Game Center, pero no dispone de ningún otro modo de juego online. Esperemos que Rovio se dé cuenta de la importancia de este tipo de modos y de las enormes posibilidades que tiene el título, desde competiciones o clasificaciones por tiempos, un editor de niveles como el de Amazing Alex o la posibilidad de compartir con tus amigos los disparatados vehículos del modo sandbox son solo algunas de ellas. Confiemos en ese Coming Soon ...

Como decía anteriormente, Bad Piggies es un juego muy exigente, y por tanto es posible que no termine de enganchar como lo hicieron sus hermanos mayores protagonizados por pájaros, que se basaban en una jugabilidad mucho más directa y accesible. Pero, si le das una oportunidad y te enganchas a sus mecánicas, resulta muy satisfactorio y rejugable. Es el típico videojuego que dejas porque te has quedado atascado, pero sigues pensando en alternativas que no se te ocurrieron cuando estabas jugando y esta deseando retomar para pobarlas. Es, en cierto modo, mucho más parecido a Amazing Alex que a Angry Birds, aunque en el juego de los españolitos Noel Llopis y Miguel Ángel Friginal únicamente ponías los objetos sobre los escenarios y mirabas a ver que pasaba, y en este caso tienes la posibilidad de interactuar con tu vehículo, lo cual le proporciona ese plus que Amazing Alex no tenía.

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Bad Piggies

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Acerca del autor

José Barberán

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