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Retrospectiva: Tetris

El videojuego que definió todo un género.

La decisión de Velakov y sus consecuencias

Tras largas horas de deliberación Velakov toma por fin una decisión sobre quien se llevará la ansiada licencia para dispositivos portatiles. A Stein, pese a todos los problemas que ha dado, se le ofrece renovar la licencia de "Tetris" para ordenadores personales que ya estaba en su poder, pese a que en el proceso le modifican el contrato con unas multas por retraso en el pago todavía más duras. Además, también se le concede la licencia para máquinas recreativas, pero Velakov se niega a ofrecerle la licencia para la que había acudido originalmente. Maxwell, pese a todo su dinero e influencias, también se queda sin licencia, volviendo a casa con las manos vacías. El funcionario ruso no le perdona la falta de profesionalidad que exhibió durante su tensa reunión.

Velakov y la copia de Tetris japonesa.

Al final es Rogers quien se lleva el gato al agua, consiguiendo para Nintendo los derechos en exclusiva para distribuir mundialmente "Tetris" en dispositivos móviles. De tal manera, la gran N tiene vía libre para empezar a vender a mediados de 1989 su Game Boy con el juego de serie. El triunfo en las oficinas de Nintendo se celebra con champán, pero lo mejor esta todavía por llegar... El mismisimo director de Elorg ofrece a Rogers la posibilidad de adquirir para la compañía nipona los derechos en exclusiva para videoconsolas domésticas, los mismos con los que Stein ha estado comerciando ilegalmente el último año. Rogers no solo acepta, sino que se compromete a traer a Moscú al mismisimo Minoru Arakawa, presidente de Nintendo America, a firmar el acuerdo.

Mientras en Japón brindan por su triunfo, en Rusia se está viviendo un pequeño conflicto diplomático, posiblemente el último gran conflicto de la Guerra Fría.

Robert Maxwell, ultrajado por el trato que ha recibido su hijo en Moscú, mueve todas sus influencias en territorio soviético para que Elorg rectifique su decisión. El Partido Comunista amenaza abiertamente al mismo Velakov con graves acusaciones de traición a la patria, llegando éste a temer por su vida. Mientras en Japón brindan por su triunfo, en Rusia se está viviendo un pequeño conflicto diplomático, posiblemente el último gran conflicto de la Guerra Fría.

Afortunadamente, Velakov tiene mucha suerte. El 9 de Noviembre de 1989 cae el Muro de Berlín, y al poco la antigua Unión Soviética desaparece para dar paso a una nueva Rusia; desapareciendo con ella todos los regios sistemas políticos comunistas y toda amenaza sobre Velakov. Pero hay más, el mismo Robert Maxwell desaparece con su yate en alta mar para aparecer muerto unas horas más tarde cerca de las Islas Canarias. Las teorías acerca de su muerte, que barajan desde la idea del suicidio hasta su asesinato a manos de agentes del servicio de inteligencia israelí, consiguen desplomar las acciones de su grupo empresarial en bolsa, grupo que a principios de los noventa declara la bancarrota total.