Lara Croft and the Guardian of Light

Underworld fue sin duda una digna adición a la saga, pero tras analizarlo con la cabeza fría, distanciándonos de la tremenda anticipación que la mayoría de miembros de la Asociación de Amigos del Buen Gusto sentíamos, se pudo concluir que no fue una entrada tan rompedora como se pensó.

La historia termina con la última entrega aparecida de las aventura de Lara Croft, la primera iteración de la serie bajo la batuta nipona de Square Enix, con cierto temor y algo de suspense se titula: Lara Croft and the Guardian of Light. Tal vez os suene. Pista: Estáis leyendo su análisis. Guardian of Light es un shooter con perspectiva isométrica bastante familiar para los que nos quemamos la mayoría de juegos de PC de los noventa, donde los jugadores controlan a Lara con el stick izquierdo y apuntan a los malos con el derecho, mientras saltan, esquivan disparos y trampas, y resuelven puzzles que introducen la verticalidad como mecánica jugable novedosa a lo largo de 14 extensas zonas, explorables al 100%. En corto: El juego mola bastante.

La historia de dos o tres párrafos de extensión está contada mediante una combinación de escenas grabadas con el motor del juego y animaciones de estilo comic dibujadas a mano bastante chulas; la cuestión es que la hiperactiva arqueóloga descubre el Templo de la Luz en algún lugar de Centroamérica donde se guarda el Espejo del Humo (?), un antiguo y valioso artefacto. Mientras es emboscada con las manos en la masa por un grupo de mercenarios, una vieja presencia maligna llamada Xolotl queda libre, despertando a su vez al guardián Totec, un indio de Mel Gibson's Apocalypto mucho menos poderoso que Xolotl, que nos ayudará a encerrarlo antes de que se alce el Sol.

La aparición de Totec en la historia no es sino una simple excusa para justificar todo el diseño del juego, orientado a la resolución de los puzzles combinando las habilidades de uno y otro personaje. Lara, por ejemplo, lleva un gancho que tiene varios usos, el más lógico el de colgarse de sitios y otros más imaginativos como el de crear pasarelas de cuerda que permitan a Totec cruzar abismos.

Por parte del guardián tenemos el escudo, con el que evitar el fuego enemigo o dar impulso a Lara para saltar, o las lanzas, aplicables tanto en el pecho de un masilla como en una pared, dando la posibilidad a Lara de subirse a ellas y alcanzar lugares altos.

Como veis el planteamiento exclusivo de las habilidades de ambos personajes recuerda un poco a Lost Vikings aunque con mucha más acción y dinamismo, lo que en conjunto crean una mezcla ideal para el juego cooperativo. Algunas situaciones son pura esencia Indiana Jones y resolverlas mano a mano con un compañero, sincronizándose y pensando con rapidez es una experiencia tremendamente divertida. La mala noticia es que la funcionalidad multijugador online no estará disponible hasta final de septiembre, aunque no creo que nadie se vuelva loco por esperar unas semanas si no tiene dos mandos.